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A octavos por la gatera

Deschamps castigó con el banquillo a Griezmann y Drogba, los dos jugadores que después resultaron vitales para que Francia pudiera batir a la correosa Albania en el último minuto

A octavos por la gateraEFE

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FRANCIA: Lloris; Sagna, Rami, Koscielny, Evra; Kante, Matuidi; Coman (Min. 67, Griezmann), Payet, Martial (Min.46, Pogba); Giroud (Min.77, Guignac).

ALBANIA: Berisha; Hysaj, Ajeti (Min.84, Veseli), Mavraj, Agolli; Lila (Min.71, Roshi), Abrashi, Kukeli (Min.73, Xhaka), Memushaj, Lenjani; Sadiku.

Goles: 1-0: Min. 90, Griezmann; 2-0: Min. 96, Payet.

Árbitro: William Collum (Escocia). Amonestó a los albanés Kukeli (m. 55) y Abrashi (m. 80).

Incidencias: Partido de la segunda jornada del grupo B disputado en el estadio Velodrome ante 63.670 espectadores. Minuto de aplausos en memoria del policía Jean-Baptiste Salvaing y su esposa Jessica Schneider, secretaria en una comisaría, asesinados por un yihadista el lunes en Magnanville, a 50 kilómetros de París.

Francia se convirtió en la primera selección que accede a los octavos de final del torneo que apadrina, pero lo hizo por la gatera, transmitiendo la sensación de que la condición de favorito que mayormente se le atribuyó al equipo de Didier Deschamps en las vísperas de la Eurocopa se deshilacha conforme avanza el torneo.

Si frente a Rumanía, en el partido inaugural, la poquedad de su juego y la racanería del resultado (2-1) se pudo justificar a los nervios del debut, el hacerlo en casa y la responsabilidad que eso conlleva o la condición de predilecto para llevarse el título, que eso pesa, ante Albania ya no caben las medias tintas. Francia jugó mal, pero tuvo la suerte de conseguir un resultado engañoso. El 2-0 parece convincente, aunque enfrente hubiera un equipo neófito y tan rudimentario como Albania, pero el primer gol llegó cumplido el minuto 90 y el segundo cuatro después, en el tiempo de prolongación, cuando el equipo de las águilas no tuvo otro remedio que atacar en tropel y fue pillado al contragolpe.

Quien se encargó de llenar de sosiego el Velodrome de Marsella fue Griezmann, que estuvo en el banquillo hasta el minuto 67, cuando Deschamps no tuvo otro remedio que recurrir a su reconocido goleador a modo desesperado y le puso en acción sustituyendo a Corman.

Para corregir los fallos que el técnico vasco detectó en el primer partido ante Rumanía no se le ocurrió otra cosa que prescindir en el once inicial de sus más reputados futbolistas, porque esa es la consideración que se tiene de Pogba y Griezmann.

El menudo delantero del Atlético de Madrid podrá tener una mala tarde, pero el instinto goleador vale mucho en esto del fútbol, y es esa una de sus más destacadas virtudes.

Griezmann apareció con los últimos estertores del partido, pero fue suficiente para provocar una enorme explosión de júbilo entre sus compañeros, desesperados porque no había forma ni manera de batir a los correosos albaneses, y sobre todo en la grada del Velodrome, convertido en un remanso de paz en comparación con las trifulcas vividas días antes con el Inglaterra-Rusia, y en donde más de uno seguro que se acordó de aquel empate en 2014 o de la victoria del pasado año de esta modesta selección a la que el italiano Gianni di Biasi ha llevado a cotas históricas, como es la calificación para la Eurocopa.

Griezmann remató de cabeza solo, en uno de los escasos descuidos que procuraron los albaneses en su área.

Para entonces, el otro elemento sacrificado sin piedad, el centrocampista de la Juventus que actualmente pasa por ser el futbolista más cotizado del mercado, le había dado otra marcha al equipo, empleándose a fondo y contagiando su espíritu gladiador.

Para comprender lo que fue el partido, la primera parte deja dos datos elocuentes. No hubo ningún disparo a las porterías por parte de los contendientes, y ambos igualaron a tres las veces que chutaron contra la meta rival, aunque con el punto de mira dislocado.

Pocas luces Francia apenas encontró caminos para desarrollar su juego, careció de creación en el centro del campo y resultó demasiado previsible, procurando a los albaneses un sosiego inesperado. Francia no es tan fiera como la pintan.

Payet, el más destacado en el partido inaugural, no tuvo más remedio que bajar a la línea medular y no logró filtrar más que un pase que desaprovechó dentro del área Martial, demasiado lento. El único recurso ofensivo galo fue bastante previsible para sus rivales, y consistió en buscar a Olivier Giroud por alto.

Visto el plan, Albania se tomó la licencia incluso de jugar en campo francés, aunque, le falló el acierto final ante una defensa francesa atacada por los nervios.

La entrada de Pogba en lugar de Martial, tras el descanso, devolvió a Payet a la banda y Francia, aunque de forma atropellada comenzó a crear peligro; un testarazo de cabeza de Coman nada más comenzar el segundo tiempo, otro remate alto de Pogba tras un gran pase con el exterior de Payet. Francia ya mandaba, pero no se libró de un susto mayúsculo cuando Ledian Memushaj (m.51) tiró el balón contra el palo.

Entró Griezmann, entró Pogba y ya sí, Francia inició el acoso y derribo de su rival, que acarició la gesta y acabó maldiciendo su suerte cuando ya caía el último minuto.