BORUSSIA DORTMUND: Weidenfeller; Piszscek, Subotic, Santana, Schmelzer; Bender (Min. 72: Sahin), Gündogan (Min. 86: Hummels); Blaszczykowski (Min. 72: Schieber), Götze, Reus; y Lewandowski.
MÁLAGA: Caballero; Gámez, Demichelis, Sánchez, Antúnez; Toulalan, Camacho, Joaquín (Min. 87: Portillo), Duda (Min. 74: Eliseu); Isco y Baptista (Min. 84: Santa Cruz).
Goles: 0-1: min. 25; Joaquín. 1-1: Min. 40; Lewandowski. 1-2: Min. 81; Eliseu. 2-2: Min. 91; Reus. 3-2: Min. 93; Santana.
Árbitro: Craig Thomson (Esc.) amonestó a Bender, Schmelzer, Gámez, Toulalan
Incidencias: Iduma Park de Dortmund, unos 66.000 espectadores.
berlín. El Málaga estuvo muy cerca del sueño de meterse en semifinales de la Liga de Campeones pero éste se desbarató en el descuento cuando encajó dos goles, marcados por Marco Reus y Felipe Santana, que apearon al equipo de la competición tras una gran lucha.
El Málaga estuvo dos veces en ventaja y también los dos empates con goles le servían y sólo al final el equipo alemán le dio la vuelta a la eliminatoria, con un tercer gol en fuera de juego.
El Málaga tuvo un muy buen comienzo, planteando un partido con una gran disciplina táctica. En lo ofensivo, no había muchos atrevimientos por parte del equipo de Manuel Pellegrini, consciente de que el gol que le hacía falta podía venir en una jugada fortuita o en alguna ocasión de contragolpe. El Dortmund también necesitaba un gol, siempre y cuando lograra mantener su valla imbatida, lo que lo llevaba a ser también relativamente prudente. Esa situación, llevó a un partido que al comienzo tuvo pocas llegadas.
Justo cuando el Dortmund apretaba llegó el gol que necesitaba con un remate de zurda de Joaquín desde fuera del área el Málaga y que obligaba a los alemanes a marcar por lo menos dos.
El Dortmund intensificó los esfuerzos ofensivos y logró el empate, en el minuto 40, con un gran gol de Lewandowski. Tras el empate el partido se hizo más abierto.
El segundo gol del Málaga llegó en el minuto 81, en un contragolpe bien aprovechado por el recién ingresado Eliseu. A partir de ahí, el Dortmund reaccionó como un equipo alemán de los de siempre, de los que no dan nunca por perdido un partido y Reus y Felipe Santana enterraron el sueño del Málaga.