bilbao. Joaquín Caparrós es un superviviente. Por lo menos, ha acentuado ese sambenito en lo que va de temporada al frente del Mallorca. El utrerano, extécnico del Athletic durante cuatro campañas (2007-2011), sortea ultimátum tras ultimátum. El domingo el conjunto balear sufrió el enésimo fiasco al sucumbir en el Iberostar Stadi ante el Málaga, una derrota que le certifica como penúltimo clasificado. Pero la fe de Lorenço Serra Ferrer en Caparrós, al que fichó el curso pasado, parece inagotable.

El máximo accionista y director deportivo del Mallorca se resiste a las presiones que le llegan desde el consejo de administración del club, donde las voces a favor de la destitución del sevillano van en aumento. Lejos de ceder, Serra quiso dar un golpe sobre la mesa, al subrayar ayer que Caparrós dirigirá a los bermellones el próximo lunes en su visita a Anoeta, donde le espera una Real poderosa en su feudo y que presume de ser el único equipo que ha sido capaz de vencer este ejercicio al mismísimo Barça.

Pese a que el Mallorca no gana en su campo desde el pasado mes de septiembre, cuando venció 2-0 al Valencia, y que es penúltimo en la tabla con 17 puntos -uno más que el Deportivo, colista-, Serra Ferrer no considera conveniente, por ahora, realizar cambios en el banquillo.

Caparrós, además, tira de su peculiar genética. Él dice que nunca arroja la toalla. "Me siento con fuerzas", manifestó tras la derrota de su equipo ante el Málaga. Se blinda en su trayectoria en Primera División, donde hasta la fecha nunca ha experimentado un despido, ni en sus cuatro años como técnico del Sevilla, ni al frente del Deportivo, ni como técnico del Athletic, cargo que dejó en verano de 2011 tras la victoria de Josu Urrutia en las urnas.

Los números del Mallorca en los últimos meses son pobrísimos. Suma nueve partidos sin ganar en su campo y es, junto al Zaragoza, el equipo que más derrotas ha sufrido, 12 en 21 partidos. La defensa mallorquinista, asimismo, ha encajado 39 goles y suma tres partidos seguidos recibiendo tres goles en su portería, lo que desvela la fragilidad del equipo de Caparrós, cuyo ideario, paradójicamente, se fundamenta en un concepto más defensivo que ofensivo. Ya se sabe: "Clasificación, amigo".

Precisamente, el Mallorca cerró ayer su segundo refuerzo en el mercado invernal con la llegada del defensa escocés Alan Hutton, de 28 años y procedente del Aston Villa de la Premier League. Hutton tiene una amplia trayectoria en el fútbol británico, en el que ha jugado en equipos como el Glasgow Rangers, el Tottenham Hotspur y el Aston Villa, entre otros.