“Creo que es una de las carreras más duras que he hecho, entre las cinco peores sin duda”. Así concluyó el Gran Premio de Catar el vigente campeón del mundo, el piloto que un día antes había alcanzado la triple corona, y que proyectaba cierto tono jocoso sobre la posibilidad de ser campeón un día antes de la carrera dominical, con las consecuencias que eso conllevaban sobre sus aptitudes y su capacidad de reacción al semáforo después de una noche de ardua celebración. Que llámese juerga. Vamos, que ganar en sábado era poner en peligro la victoria del domingo, por eso de una arriesgada celebración.

O Max Verstappen no lo dio todo en esa noche alocada o su capacidad está intacta de manera permanente, porque este chico es irreductible. Su carrera fue como una especie de paseo por el Gran Premio de Catar, cuando restan cinco carreras para agotarse la temporada. Puede andar en chancletas por el paddock. No necesita de nada ni de nadie. Su ambición es una bandera que ondea en cada jornada laboral y ello acompañado de un coche acaparador, pues es receta de éxito. Ya son 14 victorias en 17 carreras un título mundial mediante.

“Disfrutaremos un poco, pero aún quedan unas cuantas carreras que queremos ganar”, advirtió Verstappen, para quien el campeonato es un vergel pendiente aún de explotar. Es la ocasión de enriquecerse de gloria y seguir acaparando espacio entre los mejores de todos los tiempos. Quieres ser productivo.

En la arrancada, los Mercedes ofrecieron su lucha de egos dentro del garaje, cuando Lewis Hamilton y George Rusell buscando la segunda plaza chocaron de forma irremediable. “Vi la repetición y fue 100% culpa mía y asumo toda la responsabilidad. Disculpas a mi equipo y a George”, expresó Hamilton, abandonado en la grava, en un discurso que le honra, porque su compañero de equipo no tuvo culpa y remontó hasta dignificar una cuarta posición.

Fernando Alonso pudo soñar con la tercera plaza después de la aparición del safety car por el accidente entre los Mercedes, pero el asturiano está a otro nivel. Reclamó agua para aliviar el calentamiento en su asiento –sí, que le rociaran agua sobre al baquet; y Logan Sargeant se retiró mareado a falta de 15 vueltas por el calor– y liquidó la carrera en sexta posición, a 49 segundos de la cabeza de carrera. Sus horas peleando por el podio ya parecen cosa del pasado. “Es una de las carreras más duras de mi vida”, aseguró el ovetense, que sin embargo se mostró satisfecho con el resultado y pese a sufrir una salida de pista: “Este sexto es una buena sorpresa”. De algún modo, el día le salió redondo por el abandono de Hamilton, su rival en la lucha por la tercera posición del campeonato, de la que está ahora a 14 puntos.

McLaren sigue al alza

Entonces los McLaren vieron ante sí ese escenario que tanto anhelan, que rozan pero que no consiguen, que es la victoria. Como en Japón, se subieron al podio por doble partida, aunque aún alejados de alcanzar ese triunfo que represente la diferencia entre un día propicio y una jornada que marque el antes y el después. Oscar Piastri, elegido Piloto del Día, y Lando Norris fueron segundo y tercero, respectivamente. Piastri, como lo es Norris, es ese conductor que puede motivar a un caprichoso destino. Es quien puede incitar a un equipo oficial a iniciar contactos considerando que el futuro está en sus manos. “Ha hecho mucho calor, con tres paradas hemos tirado a tope. Han sido 57 vueltas de clasificación que creo que las he hecho”, declaró Piastri, el juvenil que ya ofrece brillantes resultados saliendo desde la sexta posición.

Sin Sergio Pérez en la pelea por el podio, los McLaren ya son candidatos asiduos al segundo puesto. Y es que el mexicano salió desde el pit lane después del accidente con Esteban Ocon y Nico Hülkenberg el sábado que rebajó sus opciones para rubricar un décimo puesto que no deja de incitar a las sospechas sobre su regularidad.

Carlos Sainz no toma la salida

Ferrari, monoplaza competitivo en las citas previas, sigue ofreciendo una de cal y una de arena. Carlos Sainz, el único piloto que ha privado esta temporada a Red Bull de una victoria, no tomó la salida por un incidente con el combustible. “El coche tiene un problema en el tanque de gasolina, perdemos mucha gasolina y no podemos correr”, confirmó el madrileño, quinto en el Mundial y que defiende una ventaja de 8 puntos sobre su compañero en Ferrari, Charles Leclerc, quinto en el circuito de Losail. “El automovilismo puede ser cruel y hoy me ha tocado la peor parte”, analizó Sainz, para quien una carrera con degradación es una losa en cualquier modo a bordo de un Ferrari.