Vivimos en un mundo digitalizado. Incluso las carreteras, por poco transitadas que puedan parecer, disponen de modernas tecnologías. Los radares se han multiplicado en los últimos años con motivo de velar por la seguridad de los conductores evitando así excesos de velocidad y las sanciones que dicha infracción conlleva. Sin duda, una tecnología cada vez más sofisticada que permite a las autoridades disponer de medios eficaces, precisos y ágiles para realizar tareas de control, adaptándose a distintas necesidades o escenarios.

Entre las aplicaciones que se utilizan las autoridades para el control de la velocidad en el tráfico rodado es importante la instalación de diferentes tipos de radares que permitan identificar las infracciones y reducirlas al mismo tiempo. Existen hasta la fecha ocho tipos. El último en sumarse a la lista es el dron y quizá el más desconocido para la mayoría de los usuarios, pero resulta bastante eficiente y están repartidos por todas las carreteras, así que conviene identificarlos. Ninguno de ellos resulta un inconveniente para la circulación siempre y cuando se respeten los límites de velocidad establecidos para cada vía.

Los más conocidos son los pórticos, con un funcionamiento simple basado en una antena en la frecuencia de onda que permite calcular la velocidad. Son bastante frecuentes y visibles, y suelen encontrarse en los pórticos elevados que cruzan las carreteras. Su uso es automático y no requiere de operador. El segundo son los postes y son conocidos mediante este nombre porque están colocados en postes elevados en los laterales de las carreteras. Los más comunes son los de tipo radar, aunque también existen otros con tecnología láser que son más precisos y eficaces.

Los radares móviles están ubicados en los coches policiales y son manejados por los propios agentes desde el interior de los vehículos, coches patrulla o camuflados. Este tipo de tecnología, en concreto, puede controlar la velocidad, tanto circulando como detenidos en algún punto de la vía.

Los trípodes son dispositivos más conocidos entre los conductores. Se trata de una herramienta portátil que se coloca sobre un soporte de tres patas en un punto de la carretera de manera que sea poco visible. Estos son gestionados por los agentes y su utilización es más común dentro de las grandes ciudades, si bien pueden encontrarse en otros puntos. Por su parte, los controles de tramo permiten controlar la velocidad media de los vehículos en un tramo de calzada determinado. Dos o más cámaras de visión artificial graban las matrículas y calculan el tiempo empleado para recorrer esa distancia.

Los helicópteros y los drones son los dos dispositivos que controlan las carreteras desde el aire. Los primeros, en términos de seguridad, y pueden identificar a infractores que circulen incluso por encima de los 350 km/h, a una distancia de un kilómetro y una altitud de 560 metros. Los segundos no detectan los excesos de velocidad si no las conductas temerarias. Disponen además de cámara de captación de imágenes para la documentación de posibles quebrantamientos.

Aplicaciones

La Dirección de Tráfico del Gobierno vasco dispone de una aplicación (TrafikoaEJGV) para consultar desde dispositivos móviles, teléfono o tablet, información sobre el estado de las carreteras en Euskadi: incidencias, obras, radares, cámaras de tráfico, accesos a las capitales, estado de los puertos de montaña, restricciones de circulación, noticias, etc. La información se actualiza en tiempo real.

En Navarra, la aplicación móvil de emergencias y geolocalización de la Policía foral se llama My112 y permite mejorar la comunicación con el número de Emergencias 112. Además esta app añade funciones extras como la geolocalización que puede ser de vital importancia, incluidos problemas de tráfico.