El Centro Corporativo MONDRAGON se encarga de dar apoyo a las cooperativas a través de diversos departamentos, como Gestión Social, Asesoría Jurídica, Relaciones Institucionales y Comunicación, etc. La especialista en Innovación y Tecnología, Carolina Mejía, nos da las claves sobre el futuro de la economía verde, el pasaporte digital y la descarbonización.
¿Cómo se desarrolla vuestro trabajo en coordinación con las cooperativas?
-Les ayudamos a identificar tecnologías y buenas prácticas que estén aplicando los competidores, les recordamos las líneas estratégicas marcadas por la Comisión Europea y les proponemos pautas a corto o medio plazo para transformar sus modelos de negocio. Una vez completada esta parte, empezamos a investigar sobre proyectos de innovación.
¿En qué consiste la búsqueda de proyectos de innovación?
-Primero observamos las capacidades de cada una de las cooperativas integradas en la Corporación. A partir de ahí localizamos agentes externos o establecemos alianzas internas entre las cooperativas y hacemos pruebas para ver cómo implementar estas iniciativas. Después buscamos programas de financiación europea en los que puedan encajar nuestras propuestas.
¿Qué visión tiene la Corporación MONDRAGON sobre la economía verde?
-Nuestra política socio-empresarial 2021-2024 comprende dos líneas estratégicas: la sostenibilidad y la digitalización. La economía circular es fundamental para el desarrollo sostenible, en el que se impulsan nuevos modelos de negocio y de utilización de recursos.
"La economía circular es fundamental para el desarrollo sostenible, en el que se impulsan nuevos modelos de negocio y de utilización de recursos"
¿Y qué valores promueve este modelo económico?
-Este sistema aspira a alargar la vida útil de los productos y poner facilidades para repararlos. Al concluir este ciclo, la idea es que sus componentes se puedan aprovechar de la manera más simple posible.
De ahí la creación del Foro Ambiental MONDRAGON.
-Así es. A través de él detectamos problemas presentes en las cooperativas e ideamos estrategias a corto y largo plazo. También contribuimos en el proceso de financiación y les orientamos sobre qué metodología y con qué entidades es recomendable trabajar de acuerdo con los estándares de la Comisión Europea.
Tres verbos: medir, reducir y compensar. ¿Cómo se aplican dentro de la Corporación?
-Con enfoque inmediato, recopilamos la información proporcionada por varios indicadores medioambientales y analizamos el ciclo de vida de los productos para averiguar su tipo de huella de carbono. Después, elaboramos una hoja de ruta pensada para reducir la emisión de CO2 y trazamos una hoja de ruta. La fase de compensación de carbono se efectúa a partir de la financiación de actividades como los proyectos sociales agrícolas o de reforestación, por ejemplo.
"La fase de compensación de carbono se efectúa a partir de la financiación de actividades como los proyectos sociales agrícolas o de reforestación, por ejemplo"
Cobra fuerza un actor más en el panorama de la sostenibilidad: el pasaporte digital. ¿Cuál es su principal ventaja?
-Permite que la Comisión Europea pueda respaldar la trazabilidad de los productos para que estos sean reciclados o reutilizados tras su uso. Gracias a un código identificador, el usuario o el agente reciclador podrá conocer de qué está compuesto el objeto o si algunos de sus materiales se pueden reaprovechar, y contribuir así a minimizar los residuos.
¿En qué punto se encuentra esta iniciativa?
-Todavía hay trabajo por delante. Uno de los problemas es que una parte de la industria solo se centra en generar los productos y comercializarlos, y no hay muchas entidades especializadas en el proceso de reutilización.
“El pasaporte digital permite que la Comisión Europea pueda respaldar la trazabilidad de los productos para que estos sean reciclados o reutilizados tras su utilización”
¿Hay algún plan estratégico definido en este aspecto?
-Sí, es el caso de CircThread, un proyecto financiado por la Comisión Europea que crea una plataforma de intercambio de información sobre los electrodomésticos que tiene el fin de garantizar su sostenibilidad y hacer que permanezcan en la cadena de uso más tiempo. Se consigue mediante un sistema de rastreo digital incorporado en el propio producto. Los datos recopilados se ponen a disposición del público: fabricantes, empresas de reparación, técnicos en reciclaje, organizaciones de productores…
¿Y qué impacto tiene el acceso a esta información?
-Algunos de sus beneficios son la eficiencia en la utilización de recursos, la creación de nuevos modelos de negocio basados en la economía circular, la contribución a la reducción de residuos o la toma decisiones tempranas en cuanto al diseño de productos.
A nivel interno, ¿cuáles son algunos de los desafíos a los que se enfrenta la Corporación a la hora de promover el reciclaje?
-Muchos de los clientes ya nos piden que todos los componentes de los productos estén generados a partir de materiales reciclados. Estamos valorando cómo estos componentes podrían cumplir los mismos requisitos técnicos y de seguridad que los actuales; sobre todo en automoción, electrodomésticos y alimentación.
"El objetivo del Proyecto Primus, que cuenta con financiación de la Unión Europea, es crear productos tecnológicos para varios sectores a partir de polímeros reciclados"
Pongamos el foco en el Proyecto Primus, con financiación de la Unión Europea. ¿Por qué es importante una iniciativa como esta y qué organismos intervienen en ella?
-Se desarrolla junto a las cooperativas Cikautxo y Maier (MONDRAGON). Está liderada por el centro de investigación finlandés VTT y abarca otros países como Alemania, Bélgica, etc. Su objetivo es crear productos tecnológicos para varios sectores a partir de polímeros reciclados. Estos se añaden después a elementos de alto valor añadido, como el interior de un vehículo, la mufla de una lavadora o la parte de los refrigeradores que está en contacto con los alimentos. Asimismo, nos fijamos en qué tipo de plástico reciclado es la mejor opción, para que se parezca a cuando estaba compuesto por materias vírgenes. Asimismo, nos fijamos en qué tipo de plástico reciclado es la mejor opción, para que responda de la misma forma a cuando estaba compuesto por materias vírgenes.