Tratándose de economía circular, permítanme reutilizar una cita del socorrido poeta romántico germano Johann Wolfgang von Goethe. Y no precisamente esa tan manoseada de cuando clamó “luz, más luz, mi vida está en tinieblas”. Nada de exhortar el derroche de energía. Recuperemos a Goethe cuando afirmó que “cuanto más se sabe, cuanto más se comprende, más se da cuenta uno de que todo gira en círculo”. Como casi siempre, el poeta de Fráncfort tenía razón. Y desde su remoto 1800 veía nuestros días.

Que la producción gire en lo más parecido a un círculo resulta hoy vital para nuestra competitividad, como insistió Ainara Basurko, nuestro modo de vida y, lo que es más transcendente, para nuestro planeta. De otro modo, el agua, el aire y la tierra se contaminarán de manera irresoluble y las materias primas terminarán agotándose. La línea recta nos conduce al colapso. Solo el círculo es una opción.

Para reflexionar sobre esas opciones, DEIA, con el apoyo de Telefónica, organizó una más que interesante mesa redonda a primera hora de ayer en el Hotel Domine de Bilbao.

Participaron en el encuentro, al que asistieron varias decenas de personas interesadas, Ainara Basurko, diputada foral de Promoción Económica; Mikel Llona, CEO y cofundador de Birziplastik; Erik Sandonis, director de la oficina técnica e I+D+i de Lezama Demoliciones, y Javier Benito, director de Telefónica en Euskadi. Moderó y dinamizó ladirectora de DEIA, Marta Martín.

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En imágenes: Finales que son nuevos comienzos Oskar M. Bernal

En sus palabras de bienvenida y agradecimiento, Marta Martín destacó que “queremos abordar un tema crucial que afecta no solo a nuestra comunidad en Euskadi, sino al mundo en general: la economía circular”. Y añadió que “en un momento en que la sostenibilidad y la preservación del medio ambiente son imperativos, es fundamental que reflexionemos sobre cómo estamos manejando nuestros recursos y cómo podemos cambiar hacia un modelo más sostenible”.

Según la Unión Europea, que produce más de 2.200 millones de toneladas de residuos al año, la economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. Así, el ciclo de vida de los productos se extiende y se reducen los residuos al mínimo. Cuando un producto llega al final de su vida, sus materiales se mantienen dentro de la economía siempre que sea posible gracias al reciclaje. Estos pueden ser productivamente utilizados una y otra vez, creando así un valor adicional.

En el fondo, el planteamiento, implica tomar como modelo los antiguos caseríos en los que todo se aprovechaba para generar otra cosa útil. Esto contrasta con el modelo económico lineal tradicional, basado principalmente en el concepto “usar y tirar”, que requiere grandes cantidades de materiales y energía baratos y de fácil acceso.

Los retos que plantea esta coyuntura son los que salieron a la palestra ayer. Prestaron atención a los planteamientos y propuestas José Luis Fuente, de Saldekosa; Lander Rubio y Jorge Galarza, de Caixabank; Saioa Urizar, José María Bollar, Itziar Astondoa, Katalin Legorburu y José María Fernández, de BBVA; Andima Ormaetxe, de la Autoridad Portuaria de Bilbao; Kerman Meaurio e Iñigo Conde de Bycam; Koldo Salvador, Miren Aramburu y Paul Navarra, de Atalaya; Idoia Postigo, de Bilbao Metrópoli 30; Unai Simón; o Javier Olabarrieta y Borja Amiano, de Electricidad Martín.

También se encontraban en el Hotel Domine, el director general de Editorial Iparraguirre, Javier Andrés, la directora comercial de DEIA, Aitziber Jauregi, el director de desarrollo Ibon Mujika; además de Idoia Gutiérrez, Iñigo Aspiunza, Carlos Basterretxea, Haizea González, Ana Rementeria e Itziar Leal.