La principal referencia hipotecaria en el Estado escaló ayer lunes hasta el 3,725%, su valor más alto en dos semanas inmune a la rebaja de los tipos de interés aplicada el pasado jueves por el Banco Central Europeo. Es cierto que el mercado ya había dado por descontado el recorte de este mes, el primero desde hace dos años, pero la resistencia de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, a valorar la posibilidad de nuevas bajadas este año ha impulsado el euríbor en las dos últimas sesiones.

De modo que si ya era complicado cuantificar el impacto de la revisión del precio del dinero en las hipotecas, en estos momentos no se puede descartar que incluso se registre una pequeña subida en las revisiones semestrales con el dato de junio.

Tras la primera sesión de esta semana, la media provisional se sitúa en el 3,702%, por encima del nivel de diciembre (3,679), cuando marcó su mínimo en nueve meses.

La referencia crediticia se situó en entonces por debajo del 4%, que ha sido la barrera sobre la que han saltado todas las revisiones hipotecarias desde junio del año pasado. El nivel con el que se cierre este mes será un termómetro de lo que puede pasar durante el verano, en el que los mercados estarán pendientes de las reuniones del consejo de gobierno del BCE.

En busca de “la cima”

De momento el mensaje se mantiene firme. El presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, pidió ayer mantener la cautela con respecto a la política monetaria del Banco Central el euro, del que es consejero. En un acto celebrado ayer en Leipzig, el máximo responsable del banco central de Alemania aseguró que todavía hay mucha incertidumbre sobre la evolución futura de la economía y de los precios.

“No nos veo en la cima de una montaña desde la que las cosas bajarán inevitablemente. Más bien, nos veo en una cresta en la que todavía tenemos que encontrar el punto adecuado para el posterior descenso”, afirmó Nagel.

El Bundesbank actúa en cierta medida como portavoz de los países más reticentes a bajar los tipos, los Halcones del norte, el grupo del que también forman parte Países Bajos, Dinamarca, Austria y Suecia. De modo, que cabe descontar la resistencia en próximas reuniones de este poderoso contrapeso en el BCE.

Tras enfriarse las expectativas de nuevas bajas a corto plazo, los analistas esperan uno o dos recortes en lo que queda de año, coincidiendo previsiblemente con la publicación de las previsiones macro del banco en septiembre y diciembre. El mercado seguirá pendiente.