Rosa Lavín, presidenta de la Confederación de Cooperativas de Euskadi Konfekoop, advirtió ayer lunes de que la diferencia entre el tipo que el Impuesto sobre Sociedades aplica en Gipuzkoa a las empresas mercantiles y el que corresponde a las cooperativas se ha ido recortando, lo que tiene como consecuencia que fundar una sociedad cooperativa ya no sea tan atractivo desde el punto de vista fiscal. Esta reducción del incentivo resta ventaja a un modelo de empresa que, según aseguró, representa “el futuro empresarial” del territorio. Lavín intervino en la ponencia sobre la reforma fiscal de las Juntas Generales de Gipuzkoa donde abordó el tratamiento fiscal a las cooperativas.
Según los datos de la confederación, la evolución del tipo del Impuesto sobre Sociedades para las cooperativas, más beneficioso que para las sociedades mercantiles, ha ido aumentando de manera que esta ventaja se ha reducido. Así, en el caso de las empresas pequeñas, el tipo para las firmas tradicionales era del 30% en 1997, que diez años después bajó al 24% para situarse en el 20% en 2017. En el caso de las cooperativas, en 1997 era del 19% y veinte años después del 18%, por lo que el incentivo fiscal para crear una cooperativa se queda en un exiguo 2%.
Una situación similar se produce en el caso de las pymes, puesto que para las mercantiles era de un 32,5% en 1997 y de un 24% en 2017, mientras que en el caso de las cooperativas estos porcentajes se sitúan en el 21% y el 20% respectivamente, con una diferencia de cuatro puntos. “Este diferencial tan corto ha reducido su capacidad de incentivar el modelo cooperativo”, indicó Lavín, que añadió que la ventaja fiscal también se diluye porque las empresas tienen que realizar dotaciones a fondos irrepartibles para las personas socias además de contribuir a la educación y promoción cooperativa y a otros fines de interés público.
Lavín quiso incidir en el tipo de gravamen de este impuesto porque “es un argumento muy relevante en la elección de la forma jurídica en los nuevos emprendimientos”, y pidió que se “evalúe” el acortamiento de distancias entre empresas mercantiles y cooperativas.
Además, Lavió pidió facilitar el acceso a la calificación de cooperativa especialmente protegida, con un tipo aún más reducido en el Impuesto sobre Sociedades. Se trata de un modelo al que algunos negocios no pueden acceder por su tipología. Es el caso de las cooperativas de transporte y las mixtas. Del mismo modo, Lavín defendió que las cooperativas de utilidad pública e iniciativa social puedan aplicar íntegramente los incentivos fiscales al mecenazgo.
Konfekoop agrupa a 1.388 cooperativas en un amplio número de sectores como la industria, la enseñanza, el primer sector, el consumo, el transporte y el crédito. Las empresas que integran la Confederación generan más de 61.000 empleos directos y cuentan con 1,5 millones de socios.