El Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria (EHPM/MPEH) señaló ayer lunes que la subida del 8,5% en las pensiones contributivas en 2023 “no es verdad que sea histórica” en la medida en que los pensionistas “siguen perdiendo poder adquisitivo”, por lo que destacaron que van a seguir “en la calle y en la lucha”, hasta cumplir sus reivindicaciones.

El movimiento, que cumplió el pasado 15 de enero cinco años de andadura, se concentró como cada lunes en unos 70 pueblos de Hego Euskal Herria y en las cuatro capitales. Una de sus portavoces, Andrea Uña, aseguró que la actualización de las pensiones contributivas al 8,5% para este año 2023 “no es verdad que sea una subida histórica”, en la medida en que los pensionistas “siguen perdiendo poder adquisitivo”.

Por ello, subrayó que el colectivo va a “seguir en la calle” y va a “seguir en la lucha, como siempre”, hasta ver cumplidas sus reivindicaciones, que pasan, entre otras medidas, por lograr una pensión mínima de 1.080 euros. En esta misma línea, Jon Fano, recordó que en 2021 y 2022 la pensión únicamente ha subido un 2,5% al año, mientras que el IPC en 2021 fue de un 5,5% y del 6,8% en 2022, por lo que, según criticó, con un 8,5% de incremento en las pensiones, “no se repone lo que se está perdiendo” y al diferencial entre el 8,5% y el “12% que tenían de pérdida” los pensionistas “se va a sumar también lo que el IPC suba este año”, por lo que a finales de 2023 los pensionistas seguirán previsiblemente “con una pérdida de entre un 7 y un 8% en total con respeto a 2011”.

No obstante, destacó que la subida de las pensiones en un 8,5% para 2023 ha sido posible “gracias a la presión y las movilizaciones” desarrolladas por el movimiento de pensionistas. Fano aseguró que con la revalorización realizada de la pensión mínima, para una persona jubilada con 65 o más años que viva sola, el dinero total se sitúa en 783 euros mensuales, algo que los pensionistas consideran una “pensión mísera”, por lo que demandan 1.080 euros de pensión mínima.

“Si ya es mísera para una pensión contributiva mínima –subrayó Fano– todavía es mucho más mísera” para las pensiones no contributivas, que “van a continuar con 484 euros”. Por ello, consideró que existen “muchas y poderosas razones” para seguir movilizándose y que “al menos” los pensionistas no pierdan poder adquisitivo respecto al IPC o la inflación, por lo que seguirán movilizándose.