- Socia fundadora y directora de NUA Biological Innovations, esta doctora en biología es gerente y responsable de I+D. Mercedes Aguirre es el motor científico del laboratorio de la compañía radicada en Erandio y que lidera junto a su hermana Patricia. Su organización fabrica y distribuye complementos alimenticios y suplementos para su posterior venta en farmacias, herbolarios, tiendas dietéticas y cuyos productos salieron por vez primera al mercado hace doce años. La compañía de esta doctorada en Biología Pura y Aplicada por la Universidad de Leeds (1993, Inglaterra) factura 1,8 millones de euros anuales. Desde su vuelta al Estado tras investigar en el extranjero, sus actividades han estado relacionadas con la triada compuesta por la salud, suplementos y alimentación. Gracias a su dilatada experiencia cuenta con cuatro libros publicados.

¿Animaría a crear empresa en plena crisis económica?

—NUA nació en 2008 en la mayor crisis vivida en el país hasta la llegada del coronavirus. Salió de la nada; somos el resultado de habernos lanzado en aquel momento; la gente nos echaba para atrás. Mis proyectos y estudios de reflexión me decía que era el momento y creé la empresa. Traslado esta lógica a los momentos actuales y pienso que cuando se tiene una idea clara no hay que frenarla.

¿Empresas como la suya precisan de más apoyos públicos?

—Nosotros nunca hemos recibido financiación de organismos públicos. Los estudios clínicos que hacemos con la clínica de Navarra, el IVI y con otras entidades los sufragamos con nuestro dinero. Damos mucha importancia a la investigación, por eso intentamos tener una hucha y ser autosuficientes.

La pandemia ha demostrado que con mayor inversión en investigación se sale mejor de la crisis.

—Sí. Es una evidencia. Pero en el Estado, da igual el color político, los Gobiernos han tenido una visión cortoplacista; no tienen paciencia; tendrían que tener un comité de expertos para saber si la apuesta que realizan a medio plazo puede llegar a generar trabajo; en los países nórdicos esto está normalizado. Aquí no sé porqué cuesta tanto.

¿Es una asignatura pendiente de los políticos que deciden a dónde destinar los dineros públicos?

—Sí. Los entes que deciden tienen que hacer un seguimiento de los fondos para que las subvenciones no sean una especie de coladero.

¿Echó de menos apoyos a la hora de crear su empresa?

—La materia gris que tenemos en el país es muy buena; yo soy bióloga y no recibí formación empresarial. La administración podría crear espacios de reuniones de jóvenes con gente jubilada, con gran experta en muchos campos y con inquietudes, que se encuentran aburridos y desperdiciando su talento. Estas personas podrían ayudar a la hora de emprender. Es una iniciativa sencilla y que no cuesta dinero. Es superfácil de hacer y más en el País Vasco con una cultura empresarial privilegiada y más en I+D.

¿Las mujeres son más empáticas con sus equipos?

—Escuchamos más; en la empresa donde mayoritariamente somos mujeres existe un gran compromiso. Además hay mayor versatilidad en el trabajo.

"Creé la empresa en 2008, durante la mayor crisis económica en el Estado hasta la covid-19; creí que era el momento idóneo”