- La Asociación de Empresarias y Directivas de Bizkaia (AED) concibió sus premios anuales con el objetivo de sensibilizar al tejido empresarial y a la opinión pública sobre la necesidad de lograr la integración femenina en las empresas en paridad de condiciones como condición básica para un entorno económico y social más sostenible.

En esta XIV edición, cuya entrega de premios se celebró hace unos días en la Torre Iberdrola Bilbao, aunque por la situación sanitaria se siguió vía streaming. AED distinguió a Nuria Gisbert, Mercedes Aguirre y Ana Santiago, empresarias y directivas referentes y líderes en sus respectivos sectores, al tiempo que inspiradoras para otras mujeres, tanto para incentivar su actividad profesional en la empresa, incidiendo en las más jóvenes, como para visibilizar a la mujer empresaria y directiva en la sociedad en general.

Se persigue premiar y hacer más visible tanto su labor profesional personal como a las empresas que cuentan con mujeres en puestos directivos. El jurado, integrado por 15 personas de las principales instituciones y empresas de Bizkaia, galardonó a estas tres empresarias/directivas por su destacable trayectoria profesional, por ser referentes para el tejido empresarial y para la ciudadanía y por su labor en la implementación de procesos y políticas en sus empresas que potencian la incorporación plena y efectiva de mujeres en el tejido empresarial.

Las tres coinciden en señalar a DEIA, que "la distinción, además del orgullo personal, sirve para poner en valor el trabajo de sus entidades; no es sólo un reconocimiento personal, sino a todo el equipo de trabajadores que hacen posible la empresa". Tres mujeres referentes para otras mujeres, que apuestan decididamente por incentivar la vocación de carreras técnicas entre las jóvenes, "porque es un mundo apasionante donde ellas tienen perfecta cabida", subrayan en plena coincidencia.

Conscientes de que son las personas las que hacen las empresas, abogan por reconocer el buen trabajo de sus equipos, "no todo es dinero; las personas se dejan la piel si se sienten queridas y respetadas. Si no, el trabajo es un infierno", recalca Mercedes Aguirre.