La compañía vasca de telecomunicaciones Euskaltel ha acelerado los pasos para buscar un socio que le ayude financieramente a preparar su red de fibra óptica para las necesidades futuras que se concretarán, por ejemplo, en mayores necesidades de banda ancha, tanto de subida como de bajada, y en la irrupción de tecnologías como el 5G, sin perder el control mayoritario de la misma. Para ello, estudia segregar la red propia que llega a unos 2,3 millones de puntos en Euskadi, Asturias y Galicia y dar cabida en la citada filial a un socio en cuestión pero sin perder en ningún momento la posición mayoritaria de propietario de la misma.

Esta fórmula para rentabilizar de la mejor manera posible la red de fibra del operador vasco se sitúa a medio camino entre la propuesta efectuada justo ahora hace un año por el primer accionista de Euskaltel, el grupo británico Zegona, partidario de vender la red dado el interés de grandes fondos de inversión internacionales por comprar infraestructuras de calidad que les proporcione un retorno financiero a largo plazo y el sentir de buena parte de la sociedad vasca contraria a una venta pura y dura.

Dicha propuesta levantó ampollas en Euskadi, dada que buena parte de la red vasca fue construida con fondos públicos, y por ello, ahora en la compañía que dirige José Miguel García se tantean opciones que permitan financiar un nuevo salto tecnológico adelante para los próximos años sin perder el control.

Recuérdese que Euskaltel, en sus inicios, se adelantó a su tiempo con la instalación de una red de fibra óptica frente a la opción del operador mayoritario que defendía una tecnología, la del cable de cobre, popularmente conocida como ADSL, menos avanzada.

Ahora Euskaltel quiere dar un nuevo salto adelante tecnológico pero sin tener que hacer frente a las cuantiosas inversiones que ello conlleva, de ahí que se tantee la búsqueda de socios con un nuevo esquema.

Por ello, con esta propuesta de segregar la red en una nueva filial se podría rentabilizar mejor los activos actuales sin perder el control de la infraestructura por parte de la compañía vasca.

Como se recordará, en octubre de 2019, el máximo responsable de Zegona, Eamonn O’Hare, en una conferencia con analistas, señaló que “una red de máxima calidad, como la de Euskaltel, va a ser muy atractiva en términos de valoración cuando hay un gran volumen de capital en fondos que miran este tipo de redes. Estoy seguro de que el consejo de Euskaltel, a la hora de mirar fórmulas de creación de valor durante los próximos años, serán conscientes de esta posibilidad”, insinuando la posibilidad de poner en venta la red.

Descartada esa opción, en Euskaltel buscan socios para adecuar su red de tecnología HFC, es decir, híbrida entre fibra y cable coaxial (que cubre el último tramo) y llega a unos 2,3 millones de hogares en los territorios citados.

Banco de negocios

De hecho, Euskaltel ha contratado al banco de negocios Lazard para que estudie todas las posibilidades para estructurar esa operación y también para que busque posibles socios interesados.

Con esta maniobra, la compañía telefónica vasca quiere testar qué posibilidades tiene en el mercado pues en un escenario de tipos cero las inversiones en grandes infraestructuras con retornos a largo plazo, -gas, luz, teléfono, etc-, se antojan atractivas. Además, una filialización de la red dando a entrada a socios podría permitir a Euskaltel acceder a unos recursos extraordinarios para hacer frente a su expansión en el Estado español, de la mano de la marca Virgin y alquilarla a otros operadores.

José Miguel García señaló hace unos meses que estaban analizando todas las opciones como hace también la competencia. Recuérdese que Telefónica señaló en julio a los analistas que estudiaba la posibilidad de dar entrada a terceros en su red y Más Móvil fue más allá al vender a MacQuarie y Aberdeen su red FTTH de un millón de hogares por unos 220 millones de euros.

En toda caso, en Euskaltel han descartado la venta total de la red o la pérdida del control mayoritario sobre la misma.