La semana pasada Tubos Reunidos sufrió un duro golpe cuando las autoridades rechazaron la propuesta de ERTE por fuerza mayor que la firma había presentado para sortear la crisis producida por el impacto del coronavirus en la actividad industrial. Ante esta negativa, la empresa siderúrgica inició unas conversaciones con los representantes legales de la plantilla para buscar una nueva fórmula que les ayudase a superar el bache. Tal y como ha podido saber DEIA, las dos partes han podido llegar a un preacuerdo que sienta las bases de los pasos a seguir en las próximas fechas.

El primer escenario que presentaba la empresa tras la denegación del ERTE era que los trabajadores debían volver a sus labores, aunque no se garantizaba cumplir los protocolos de seguridad. La segunda opción era acordar un ERTE por razones organizativas y productivas derivadas del covid-19. Con esta medida la situación económica no varía, por lo que la empresa necesitaba un preacuerdo con los trabajadores con las medidas que se van a tomar para intentar convencer a las entidades bancarias de que les faciliten el dinero para sortear la situación. Tras exponer la situación, la dirección propuso ir a un ERTE de seis meses, sin ningún complemento, renunciando a las pagas de ese periodo y con la posibilidad de trabajar en agosto si en ese momento hubiera cartera para ello.

Tras negociar con los trabajadores, el preacuerdo contempla que el ERTE sea solo de tres meses. Se incluyó también en preacuerdo que, si se mantiene la actividad productiva, la empresa se compromete a mantener el empleo fijo durante seis meses tras el ERTE. Además de que la empresa se compromete a contratar a los trabajadores eventuales en cuanto sea posible, se decide que la nómina de marzo se cobre durante los tres meses de ERTE y las pagas de mayo y de junio se cobren, la primera en el cuarto trimestre de 2020 y la segunda en los seis primeros meses de 2021.