zerain - Entre listones de madera, tablones de aglomerado y montañas de viruta de arce, nogal y abeto duerme desde hace tres años el sueño de un puñado de emprendedores vascos empeñados en cambiar la movilidad de las ciudades a partir de ese “vehículo mágico” que es la madera.

A pesar de que se ha tratado de desprestigiar el que es, probablemente, el más noble y primitivo de los materiales alegando que se trata de un elemento con poco glamour tecnológico, lejos del aluminio, el acero o el carbono, en Axalko están convencidos de que es posible hacer las cosas de otra manera. De este modo, este grupo de emprendedores vascos acaba de poner el contador a cero para iniciar un proyecto empresarial con aspiraciones internacionales.

Para ello iniciaron en junio una ronda de financiación de cara a levantar una inversión de entre 150.000 euros y 300.000 euros. Aunque buena parte ya estaría cubierta -al margen de la apuesta de los siete socios y Seed Capital Bizkaia, el proyecto también cuenta con un relevante inversor indio estrechamente ligado a la movilidad-, entienden necesario en Axalko contar con cierta libertad financiera para acometer cuantas mejoras sean necesarias. A partir de ahí, tocará ponerse manos a la obra y salir al mercado a competir.

En ese contexto, han recurrido a la herramienta de crowdfunding de la Diputación de Bizkaia y, a falta de 22 días para el cierre de la ronda, han captado ya algo más de 48.000 euros, casi un tercio de los 150.000 euros que se han marcado como objetivo conseguir a través de esta vía.

Con ese dinero, pretenden dar el salto a una producción más industrial, pero siempre lejos de los números que manejan los competidores que fabrican en serie. El plan previsto para este año contempla la fabricación de 50 unidades, que serán 150 en 2020, 450 un año después y 999 -“nunca mil”, advierten- en 2022. ¿Dónde está la rentabilidad del proyecto con series tan cortas? Axalko cifra el punto de equilibrio en unas 144 unidades al año, unas 12 al mes. El coste de cada bicicleta será elevado y de momento no es público.

Para situar este proyecto con ramificaciones en Hegoalde e Iparralde hay que remontarse a 2006 y fijar las coordenadas en la parte más boscosa de Zerain, donde se asienta una serrería-taller de más de 500 metros cuadrados. En este enclave del Goierri es donde dos hermanos Andoitz y Aitzol Telleria comenzaron hace veinte años a moldear la madera. Allí es donde hoy está la sede productiva de este singular proyecto que lideran junto a otro ingeniero alavés como Aitzol Fernández y otros tantos “chiflados” de la movilidad urbana como Aritz Iturrioz, Iban Lizarralde, Iñigo Ruiz de Apodaca y Enrique Ardura. Un sueño que en 2017 se hizo realidad en Bilbao, donde está la sede social, y que alumbraron como Axalko Bizikletak SL.

De la vasta experiencia profesional de todos ellos en aspectos vinculados con este campo y después de dos años largos rumiando diseños, prototipos y una primera tanda de ventas por medio mundo (Japón, Italia, Francia, Suiza...) enfocada a modo de testeo entre los primeros clientes, acaban de pisar a fondo el acelerador para impulsar un proyecto de país tan singular como ambicioso: diseñar y fabricar en Euskadi una bicicleta de madera de alta gama, made in the basque forest, destinada a un público selecto y exportar de momento a Europa.

salto industrial Todo ello a partir de un modelo de negocio tan real como ambicioso. “Es el paso lógico de un modelo artesanal que ha sido testado y homologado a uno industrial que ya cuenta con la madurez suficiente para asumir, por fin, el reto”, sostiene Aitzol Fernández, gerente y director comercial de Axalko.

Las bicicletas de Axalko, que son bicis “con alma” para sus creadores, son la consecuencia de un trabajo concienzudo donde artesanía y alta tecnología se entremezclan con increíble acierto, ofreciendo como resultado un proyecto de país con un potencial de crecimiento considerable vista la demanda que existe en Europa de este tipo de productos tan elitistas. Así, Bizkaia asumirá el montaje definitivo del resto de procesos que conforman el cuadro de la bicicleta a cargo del Grupo Urbegi. Araba, por su parte, ostentará la gerencia y la dirección comercial de la empresa, que contará además con otro punto de promoción comercial en la localidad labortana de Baiona, desde la cual se liderará la expansión en este país.

Y en Gipuzkoa, concretamente en Zerain, estará el taller donde se diseñan y ensamblarán los cuadros de madera, que “es la parte industrial más delicada de todo el proceso”.

Una propuesta cuyo valor diferencial estriba en la metodología propia desarrolladapor Axalko para elaborar series muy cortas y exclusivas de un cuadro de madera de entre 1,5 y 2 kilos, según la talla, tan resistente como el acero y el aluminio y que este grupo de ebanistas tarda en fabricar dos meses (unas 600 horas).

Aunque el portafolio de Axalko contempla de momento solo tres modelos de bicicletas (carretera, gravel y fixi), en el horno está ya una cuarta opción para un molde más urbano. La compañía vasca cuenta con la frances Cyclabe como socio comercial para sembrar el país galo de bicis con alma vasca. Las 50 boutiques que tiene repartidas por las principales capitales facilitarán la entrada.