bilbao - El conflicto del Metal sigue ganando temperatura y sin visos de solución. La huelga se mantiene en los parámetros de seguimiento de las jornadas anteriores, en torno al 85% según los sindicatos y el 20% según la patronal, pero las dos partes están cada día más alejadas. Tal es así que, a falta de concretarse la fecha de una última reunión previa al parón de verano, empresarios y trabajadores asumen que habrá nuevas movilizaciones a partir de septiembre.

Hoy tendrá lugar la última de las cinco jornadas de paro programadas por los sindicatos de la mesa de negociación (ELA, LAB, CC.OO. y UGT) para desbloquear el convenio del sector, aunque todo apunta a que habrá más. El ciclo de movilizaciones que arrancó el pasado 23 de mayo no ha servido para que la Federación Vizcaina de Empresas del Metal (FVEM) se acerque a las posiciones de los sindicatos, que remarcan que sus peticiones configuran una propuesta “de mínimos”. Ha habido avances, reconocen desde la parte sindical, pero claramente insuficientes como para poder siquiera intuir una mínima posibilidad de acuerdo.

Sí ha aceptado la FVEM la petición sindical sobre ultraactividad -la prórroga efectiva del convenio- y trazar un plan de igualdad de género en las empresas. Tampoco parece difícil que pueda haber consenso en relación a la seguridad laboral, en concreto a través de la nueva figura de delegado provincial para coordinar la prevención entre empresas y subcontratas, tal y como plantean los sindicatos.

En los otros pilares de la negociación hay un abismo. La cuestión central es cómo se compensa el dinero perdido por los trabajadores desde que terminó el último convenio en 2011. En este punto los sindicatos piden como mínimo el pago de atrasos pendientes desde enero de 2018 y subidas de dos puntos superiores al IPC para los años de vigencia del nuevo acuerdo, algo a lo que la FVEM asegura las empresas no pueden llegar.

Hay otros puntos calientes sobre la mesa, como el derecho de subrogación -mantenimiento de las mismas condiciones de trabajo cuando cambia la contrata- o la limitación de la temporalidad y la contratación vía ETT. La patronal también fija sus líneas rojas y reclama un mayor margen de maniobra para jugar con la flexibilidad de cara a adecuar las horas de trabajo a las necesidades de las empresas.

Con estos mimbres todos los agentes implicados se preparan para un conflicto largo. Ya hay fábricas vizcainas de peso, caso de Productos Tubulares, que han movido ficha para intentar reducir el impacto de nuevos paros en previsión de que el conflicto sectorial se enquiste tras el verano. El bloque sindical es heterogéneo, pero hay una sensación general de fuerza y, sobre todo, entre los delegados se considera un punto muy favorable la unidad lograda en este conflicto por las cuatro grandes centrales de Euskadi, que han sabido arrastrar a organizaciones más pequeñas.

Está previsto que la FVEM cite a los sindicatos en julio, pero hay poco margen para poder acercar posturas antes de las vacaciones de verano. Además, las movilizaciones de este último mes han enrarecido aún más la relación entre patronal y sindicatos. Los empresarios denunciaron ayer “actuaciones violentas” por parte de los piquetes, con “amenazas, intimidaciones, destrozos y barricadas”, según la patronal del metal. En ese sentido, la Ertzaintza detuvo a dos personas ayer por apilar y quemar neumáticos en la carretera N-634 a su paso por Amorebieta, que según informó LAB ya habían sido liberadas mediada la tarde.

Los sindicatos, por su parte, calificaron de “desproporcionada” la actuación de la Ertzaintza y denunciaron que hubo al menos dos heridos por porrazos, así como presiones e “intentos de atentar contra la libertad de huelga”. En su comunicado para valorar esta nueva jornada de protestas, ELA destacó que los incidentes ocurridos en Durangaldea “están fuera de la estrategia de la huelga y devalúan un conflicto que por primera vez en mucho tiempo ha conseguido un gran respaldo”.

Las dos manifestaciones organizadas ayer, una en Sestao y otra en Durango, congregaron a miles de trabajadores, que reclamaron un “convenio digno”. Hoy, quinta jornada de huelga, hay convocada una nueva marcha que partirá a las 12.00 horas del Sagrado Corazón de Bilbao.