bilbao - Las cooperativas vascas ponen el pie sobre el acelerador pese a las incertidumbres que rodean a la economía. Después de un buen 2018 en el que crearon algo más de 500 puestos de trabajo, las empresas asociadas en Erkide esperan dar un salto este año para llegar al millar de nuevos empleos. Y eso que dentro de la federación de cooperativas hay piezas importantes que arrastran problemas a la hora de ampliar plantilla como es el caso de Laboral Kutxa, que asume que el proceso de digitalización seguirá causando “pequeñas bajadas” de personal a través de jubilaciones.

El año pasado hubo mejoría del empleo en tres de las cinco categorías en que divide Erkide a sus socios: trabajo asociado -aquí se agrupan las empresas industriales y muchas de servicios-, enseñanza y agroalimentarias. Por otro lado, pierden trabajadores el consumo, en este caso debido a la venta de las perfumerías If por parte de Eroski, y la principal cooperativa de crédito como es Laboral Kutxa.

Lo ocurrido en Eroski es algo puntual, según explicaron ayer en Bilbao los máximos responsables de Erkide, puesto que la tendencia en el principal grupo de distribución vasco es a seguir creciendo, mientras que Laboral Kutxa sí está sufriendo un proceso de ajuste de plantilla más estructural ligado al proceso de digitalización que vive la banca desde hace unos años. El año pasado Laboral Kutxa perdió 88 empleos y cerró 15 oficinas, aunque se mantiene cerca de los 2.000 trabajadores. La previsión para los próximos ejercicios es que continúe este proceso de ajuste debido a una “ralentización” de las incorporaciones, que seguirán produciéndose en menor medida que las bajas por jubilación.

30 nuevas empresas Pese a estos retrocesos, las cooperativas vascas mejoraron el volumen global de empleo en 578 personas, hasta un total de 54.800. El grueso del incremento se sustenta en el ramo de trabajo asociado, con un buen repunte también en las cooperativas de enseñanza. Además, el año pasado terminó con 30 empresas más adscritas a Erkide, que suma ya 1.184 compañías. El director de la federación, Agustín Mendiola, recordó además el motor laboral que supone el movimiento cooperativo a través de otras empresas participadas que dependen directamente de este pero que no son cooperativas como tal.

Por territorios hay una evolución muy desigual, ya que mientras Gipuzkoa refuerza en gran medida sus números y Bizkaia también mejora, en Araba se pierden 9 cooperativas de trabajo asociado. Este bache en territorio alavés se debe, explicaron desde Erkide, a la pérdida de un puñado de firmas del sector de artes gráficas y a la fusión entre Electra Vitoria y Orona, que ha hecho que el empleo correspondiente a la empresa alavesa haya pasado a computar en Gipuzkoa.

En líneas generales el cooperativismo luce una buena salud después de la crisis vivida con Fagor Electrodomésticos, y la previsión es que continúe la buena dinámica. Así, las empresas asociadas en Erkide generarán este año mil puestos de trabajo, de los cuales una tercera parte (364 empleos) ya se han consolidado en el periodo enero-abril, explicó la presidenta, Rosa Lavín. Buena parte del camino ya se ha recorrido y, de continuar con el mismo ritmo, la cifra final será incluso superior a ese millar de nuevos puestos.

Además, los responsables de Erkide prevén incorporar a la federación 60 nuevas cooperativas, la mayoría de nueva creación. Otra pequeña parte se corresponden con empresas que aún no están afiliadas. La federación cuenta entre sus socios con las cooperativas de mayor tamaño y engloba el 90% del empleo.

Entre los objetivos para este año está seguir creciendo tanto en número como en calidad, reforzando el papel y los valores del cooperativismo a nivel económico y social. En el terreno educativo está previsto ir incorporando actividades vinculadas a este sistema empresarial en las aulas de cara a dar a conocer el cooperativismo entre los más jóvenes.

En el ámbito institucional se pretende lograr el reconocimiento de Erkide-Kontsumo como asociación dentro del censo de Kontsumobide, entrar en el consejo de administración de Lanbide y seguir contribuyendo a la modificación de la Ley de Cooperativas de Euskadi que se encuentra en vía parlamentaria.

Sobre este punto, Lavín hizo una valoración positiva de estos cambios legislativos, remarcando entre otras mejoras que “se aclara el régimen de responsabilidad del socio” o que se aumenta del 25 al 30% el porcentaje de horas de trabajo que pueden realizar los empleados no socios.

Por último, Mendiola recordó “la mayor esperanza de vida” que tienen las cooperativas respecto al resto de sociedades por ese enfoque orientado a la supervivencia del empleo. “Queremos hacernos ricos, sí, pero en solidario y no en solitario”.