BILBAO - El Gobierno vasco mantuvo un encuentro la semana pasada con la agencia de calificación de riesgos Moody’s de cara a actualizar los datos para la próxima evaluación de Euskadi, que en principio verá la luz el próximo 31 de mayo. Standard & Poor’s también se ha reunido con el Ejecutivo autónomo recientemente, pero la nota de rating de la deuda vasca solo mejorará si sube también la de España ya que ninguna administración puede estar dos escalones por encima del Estado en el que se enmarca, que es lo que ya ocurre con la CAV.

La información suministrada a las agencias de calificación ofrece una auténtica radiografía de la economía vasca, que muestra una notable salud y en algunos indicativos incluso se supera los estándares europeos. Es el caso del Producto Interior Bruto per cápita, donde Euskadi supera en un 20% el nivel medio de la Unión Europea y se encuentra en torno a 30 puntos por encima del balance del conjunto del Estado.

Además, en el ranking de regiones europeas, la CAV sigue recuperando las posiciones perdidas durante la crisis. La recesión frenó la escalada del PIB per cápita vasco, que en el año 2000 se situaba en la plaza 60 y alcanzó su máximo (43) en 2008. A partir de ahí, comenzó una nueva etapa en la que la caída fue constante y que en el año 2013 incluso llevó el índice por debajo del nivel récord de 2000. El año pasado se consolidó el avance iniciado con la recuperación y en estos momentos Euskadi ocupa la posición 53 dentro del ranking de regiones europeas.

Si hay un aspecto en el que la CAV se puede medir a los líderes europeos es en el equilibrio social entre sus habitantes. De este modo, según los datos que maneja la Comisión Europea dentro de su estrategia para el crecimiento sostenible y el empleo (Agenda 2020), en la CAV hay menos riesgo de pobreza y exclusión social que en Finlandia, que es el Estado que se sitúa en el primer puesto del ranking. La nota española casi duplica la vasca.

En la misma línea, desde el punto de vista del índice Gini, que mide la desigualdad social de los países, la CAV está en cabeza al mismo nivel que Finlandia y Suecia. Y en cuanto a las oportunidades de las que gozan sus ciudadanos, Euskadi es uno de los 20 países con un índice de desarrollo humano muy alto. En concreto, ocupa el puesto 14 en un ranking que se elabora analizando el Producto Interior Bruto, la esperanza de vida y los estudios de los habitantes, entre otras cuestiones.

competitividad En la documentación entregada a Moody’s y Standard & Poor’s figura también el indicador de competividad regional en el Estado. Un capítulo que lidera la CAV con una ventaja de en torno a doce puntos respecto a Nafarroa y Madrid, dos comunidades que por su estructura económica, oferta universitaria y red tecnológica tienen un notable peso en esta materia.

Este indicador, elaborado por el Centro de Predicción Económica (Ceprede) de la Universidad Autónoma de Madrid y de la Cámara de Comercio madrileña, analiza aspectos como la calidad del mercado laboral, el desarrollo empresarial, las infraestructuras, el impulso de la innovación y cuestiones como la productividad, la internacionalización o el PIB per cápita para evaluar el nivel de competitividad de cada comunidad.

La CAV saca la mejor nota en todas estas asignaturas con la excepción de la de innovación, donde Nafarroa se sitúa un punto por encima. Ceprede es, junto al Banco de España y los institutos de estadística, una de las principales fuentes de las agencias de calificación.

Al margen de los datos más sociales, la economía vasca duplicó el año pasado el crecimiento de la locomotora del euro, Alemania, y, entre los países desarrollados, solo fue superada por la de Estados Unidos. Además, la CAV ya ha superado el PIB previo a la crisis y, pese a la desaceleración y la incertidumbre que generan cuestiones como el Brexit o la guerra comercial entre EE.UU. y China, las expectativas de cara a este año apuntan a un crecimiento del 2,2%.

A todo esto hay que unir que la salud financiera del Ejecutivo está fuera de toda duda. Su nivel de deuda (13,6%) es el más bajo de todas las comunidades autónomas, pero la comparación también es favorable respecto a la primera economía del euro, Alemania, que ronda el 60%.