BILBAO - La consejera vasca de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, defendió ayer la participación de las regiones europeas en los diferentes procesos de establecimiento de políticas comunitarias, incluido el de transición energética, en el transcurso de una intervención en la última jornada de Wind Europe, la feria sobre el sector eólico, que se ha celebrado esta semana en el BEC de Barakaldo.

La representante del Gobierno vasco en el certamen aprovechó su intervención en el mismo para destacar las políticas industriales y de innovación que realizan algunos territorios de la UE, caso del País Vasco, y se refirió a iniciativas como Vanguard, puesta en marcha por Euskadi y otras siete regiones europeas, para apostar por la cooperación interregional y por una gobernanza multinivel.

Arantxa Tapia defendió “el papel de las regiones en la construcción europea” porque, en su opinión, “no tiene que ser algo meramente anecdótico”. Para la consejera, la política europea “se tiene que hacer de abajo a arriba”.

Tapia señaló tras la conferencia que en la misma se había analizado “el papel de las regiones en Europa dentro de la generación eólica y la transición energética que se está produciendo”.

En este sentido, la consejera del Gobierno vasco propuso que si hay que desarrollar “proyectos suprarregionales donde diversas regiones de Europa tienen que trabajar de forma conjunta, la Unión Europea nos tiene que ayudar soportándolo económicamente”.

Todo ello, según Arantxa Tapia, porque “no es suficiente” que exista una red a nivel europeo que “establece ciertas políticas o colabora con la Unión Europea, sino que desde la propia UE se nos tiene que ayudar a que esas políticas sean una realidad” de manera que se puedan establecer proyectos que generen “una Europa más industrial, más competitiva, con más y mejor empleo”.

En relación al balance del certamen Wind Europe, Tapia señaló que era muy positivo y todo un éxito en cuanto a participación y nivel de asistentes y expositores. Además, la feria, según la representante del Gobierno vasco, había sido un gran escaparate para la industria eólica vasca, un sector industrial que “abarca toda la cadena de valor”.

Arantxa Tapia recordó que 47 empresas vascas habían participado en la feria dentro de una estrategia en la que “se están posicionando, se están dando a conocer” y Wind Europe, reiteró, les ha permitido “ser conocidas para nuevos proyectos que se puedan desarrollar, sobre todo, en la generación eólica offshore”.

Un hecho positivo de la feria que resaltó la consejera es que en un momento de cierta desaceleración de la economía europea las empresas del sector de energías renovables, del área eólica, en concreto, transmiten “potencia y capacidad”, algo que en el caso vasco se concreta en el crecimiento interanual del 2% de la actividad industrial.

Respecto a la posibilidad de que futuras ediciones del certamen se celebren en el País Vasco (el año que viene se realizará en Alemania, donde se espera una mayor presencia de la eólica marina, y el siguiente en Dinamarca), Tapia afirmó que los organizadores del certamen estaban muy agradecidos por la acogida y consideró destacable que se estén planteando repetir en BEC un evento que a las empresas vascas les permite posicionarse y darse a conocer para proyectos a desarrollar en el futuro.

La valoración positiva de un certamen que ha reunido a cerca de 8.000 profesionales y a 300 empresas expositoras de 50 países es generalizada. Como se recordará este evento está considerado como el más importante del sector eólico mundial y está organizado por la Asociación eólica europea Wind Europe y la Asociación empresarial eólica (AEE). La feria es de carácter anual aunque todos los años pares se desarrolla en Hamburgo (Alemania) mientras que en los impares va rotando la sede del mismo.

Tapia destacó que la organización está muy satisfecha “por la acogida de la ciudad y por cómo se había comportado el país”. En este sentido, puso sobre la mesa que se están planteando intentar celebrar otra edición en Euskadi. “Por nuestra parte, vamos a hacer todo lo posible para que así sea”, añadió.

Según la consejera, Bilbao está “mejor posicionada” para volver a albergar este certamen, “una vez que se ha demostrado de lo que somos capaces, que somos un país amigable y adecuado para realizar este tipo de eventos”.

En este sentido, el máximo responsable de Wind Europe, Giles Dickson, reconoció el “éxito” de la edición 2019 de la feria celebrada en Euskadi y no descartó la citada posibilidad de que el País Vasco pueda acoger en el futuro este certamen de nuevo. Algo que puede ser factible si cuenta con el respaldo de dos de las mayores compañías del sector como son las vascas Iberdrola y Siemens Gamesa.

Algo que, implícitamente, Giles Dickson, admitió al reconocer que la existencia en Euskadi de una base industrial “tan importante” en el sector eólico había sido una de las “razones primordiales” para decidir que acogiera esta edición. Además, recordó el representante de Wind Europe, “es una base industrial que sigue creciendo, por ejemplo, la fábrica de Haizea Wind que se abrió el año pasado en el Puerto de Bilbao para la fabricación de torres”.

Asimismo, destacó la importancia del sector eólico español que da empleo a 22.500 personas, una cifra que, según apuntó, se incrementará en otras 13.000 este mismo año. “Es un sector que está creciendo muy positivamente” ahora mismo en todo el Estado. Somos muy optimistas para el futuro de la energía eólica en España, este año se están construyendo 4.000 Mw más de parques eólicos para añadir a los existentes, con la creación de más empleo, que permite que más gente en las distintas comunidades, como Euskadi, se beneficien de la fuerza de esta industria”, afirmó Dickson.

Iberdrola en España En relación al crecimiento del sector eólico en el Estado, el responsable de Renovables en España, de Iberdrola, Julio Castro, indicó que las perspectivas son positivas e importantes en el mercado interno español, “un mercado que había estado parado porque se había producido una crisis de confianza que no, industrial”. Esa crisis ha estado derivada de los cambios regulatorios para resolver el problema del déficit tarifario eléctrico y “eso afectó mucho a las energías renovables.”

Según Castro, “ahora hay una especie de fuerza renovada para conseguir objetivos limpios”. “En Iberdrola, de aquí a 2022, vamos a poner en servicio unos 3.000 Mw de renovables, de ellos cerca de un 35% de origen eólico. Hoy tenemos en obras ya unos 700 Mw” concluyó Castro.