La crisis energética y la alta inflación están ocasionado unas facturas de electricidad estratosféricas y haciendo que cada vez haya más gente que se plantee la posibilidad de generar su propia energía en su domicilio habitual. Una energía barata ya que sólo es necesario una inversión inicial para conseguir electricidad y además una energía verde, ya que en la mayoría de los casos no es contaminante.

Son muchos ya los hogares que disponen de una cierta independencia energética (el obtener una total autonomía es todavía complicado técnicamente y por razones de espacio en la mayoría de las casas) ya que aunque conectadas a la red eléctrica disponen de cierta producción autónoma que les permite en ciertos momento el autoabastecimiento.

El autoconsumo individual o colectivo es ya una realidad. Estas son algunas propuestas para generar electricidad en tu propia casa o comunidad y ahorrarte un buen puñado de euros.

Placas fotovoltaicas

Instalar paneles solares es uno de los recursos más habituales en las últimas dos décadas. Los sistemas cada vez están más avanzados tecnológicamente y con una capacidad de producción para un hogar medio o una vivienda unifamiliar. Cada vez se ven más en las comunidades de vecinos ya que pueden optimizar más su inversión inicial y utilizarse para las estancias comunes del edificio. También estas tienen más espacios para los acumuladores de energía. Su coste, entre 4.000 y 10.000 euros dependiendo de las vivienda y a partir de los 30.000 para las instalaciones comunitarias en edificios.

Aerogenerador eólico junto a una casa unifamiliar. Freepik

Minigeneradores eólicos

Aprovechar la fuerza del viento como productora de electricidad también es cada vez más efectivo mediante generadores de un tamaño reducido. La electricidad generada puede servir en muchos casos para cubrir algunas necesidades domésticas y ayudan al autoconsumo eléctrico. Pueden compartir elementos con la energía fotovoltaica como los acumuladores. Es además una fuente aprovechable tanto de día como de noche en cualquier época del año, silencioso y que genera energía próxima al punto de consumo. Y con una instalación relativamente sencilla y de poco mantenimiento. Cuesta entre 2.000 y 13.000 euros en función de la vivienda.

La compra e instalación tanto la éolica como la solar pueden ser merecedoras de importantes subvenciones públicas, así que no está de más que conozcas la ayudas, legislación etc. Hay muchas asesorías técnicas energéticas que pueden ayudarte en tu proyecto.

Geotermia

Es un tipo de energía obtenida a través del calor existente en el interior de la Tierra para aprovechar este calor para la generación de electricidad, agua caliente, sistemas de calefacción y enfriamiento. Necesita de la instalación de intercambiadores geotérmicos bajo tierra y de determinadas cualidades geológicas del terreno. Su alto coste precisa de largos periodos de amortización, al menos entre 5 y 10 años. Puede valer entre 15.000 y 30.000 euros, dependiendo de la medida de la vivienda, el tipo de bomba y el suelo.

Aerotermia

Es uno de los más eficaces para reducir la factura de gas y electricidad, especialmente en invierno por el fuerte gasto en calefacción. Utiliza un sistema de bombas para conseguir energía del aire exterior y trasladarlo al interior a través de una bomba de calor, convirtiéndose en calor que se irradia desde el suelo. También puede utilizarse en verano para convertir la energía en frío. Su alto precio echa para atrás a muchos posibles usuarios, ya que la inversión inicial supone un desembolso de entre 7.000 euros y 25.000 euros, en función del tipo y las características de la vivienda. Por ello es recomendable para domicilios relativamente grandes, a partir de los 90 metros cuadrados.

Generadores portátiles

Algunos funcionan con pequeños paneles solares. Son algo aparatosos, caros (unos doscientos euros) y la electricidad generada es limitada, aunque pueden sacarte de un apuro si no tienes conexión a la red, como por ejemplo en una finca de recreo. Otros los tenemos más vistos: son los que usan combustible y son muy ruidosos y contaminantes. Se usan más para el exterior que para el interior de las casas.