L deporte siempre ha formado parte del día a día de Borja Otaola. Fútbol, natación, crossfit... una forma de vida. Pero fue hace poco tiempo, en plena pandemia, donde surgió la semilla de un amor que le llevó de pasar de hacer ejercicio por afición y para cuidarse a luchar por títulos mundiales. Otaola decidió comprarse una kettlebell, también conocida como pesas rusas, para ejercitarse en la larga época de los pabellones y los gimnasios cerrados y lo que era un apaño para poder seguir haciendo ejercicio, se convirtió en su deporte principal. Este bilbaino apostó por ella y poco a poco fue quemando etapas. Conoció sus secretos y descubrió también la modalidad deportiva. Y el amor fue correspondido. En poco tiempo comenzó a dominar la disciplina, a mejorar sus números y a sumar títulos. Primero fueron los Campeonatos de España, organizados por la asociación de Kettlebell Sport España, y a finales de abril tocó la cima mundial en Lyon pasando de no conocer apenas este deporte a convertirse en ocho meses en campeón del mundo.

Esta modalidad deportiva fue la que permitió a Otaola mantener su actividad física en una época complicada como la de la pandemia, con las instalaciones deportivas cerradas y las posibilidades más limitadas de lo habitual. "Fue una sorpresa y me enganchó porque vi que de una manera muy versátil podía mantenerme en forma bien y trabajar la resistencia, la movilidad, la fuerza... en vez de hacer por un lado el trabajo aeróbico de la bici estática y luego hacer el peso corporal por el otro, vi que con la misma herramienta podía trabajar todo y quemaba más calorías. Le encontré muchos beneficios", comenta. Pero sus ejercicios de con la kettlebell no quedaron en una mera actividad propia, una vez descubierta la modalidad deportiva sus ganas por seguir mejorando crecieron aún más y en poco tiempo se vio en un Mundial. "Conseguí la plaza en el Campeonato de España y me dieron la oportunidad de ir. Viendo que estaba en forma decidí probar suerte, pero tampoco es que me imaginase que podía acabar campeón del mundo. Quería vivir la experiencia de sentirme un atleta en un Mundial", reconoce.

Otaola conquistó el Campeonato del Mundo en la modalidad de medio maratón de half snatch. Treinta minutos sin soltar la kettlebell y tirando de fortaleza física, y también mental. "No anduve tan fluido como en el Campeonato de España porque hice errores técnicos y empecé un poco acelerado. Pero luego fui tirando de pundonor y, sobre todo de cabeza, aprovechando lo que he estudiado de coaching, y conseguí acabar y salió bien", recuerda. Esa victoria fue una alegría, pero no fue consciente hasta horas después de lo que había logrado: "Comentándolo con la gente que llevaba más de dos, tres o diez años entrenando, cuando les dije que llevaba ocho meses solo, se quedó asombrada y me felicitó. Sí que es verdad que he trabajado mucho y ahí fue cuando tuve una satisfacción enorme. Aunque no sea un deporte de masas, a uno le hace muchísima ilusión y estoy muy contento".

Ahora Otaola quiere continuar mejorando en el deporte, pero también dándolo a conocer. "La gente no la usa más porque no conocen sus beneficios. Con una única herramienta trabajas la fuerza, la resistencia, también exige cierto nivel de concentración y coordinación y trabajas mucho la respiración, que es muy importante para el deporte y además ejercita mucho el core", apunta el bilbaino, que ya no se separa de su pesa: "Es muy versátil porque lo puedes hacer en casa o llevártela a cualquier lado. Es como un gimnasio portátil y la gente no lo conoce"..

Borja Otaola comenzó con las kettlebell para encontrar una manera de mantenerse en forma y se topó con un gimnasio portátil