OVAK Djokovic se enfrenta en las Finales ATP al futuro, al relevo generacional que se espera desde hace años en el circuito. Ausentes Rafa Nadal y Roger Federer del tradicional torneo de los ocho mejores del año, el serbio llevará en solitario la bandera de la vieja guardia en un momento de su carrera en la que sus objetivos son ya muy selectivos. Asegurado el número 1 del mundo al final del año tras ganar el Masters 1000 de París, Djokovic se ha quitado esa presión que tanto daño le hizo a finales de verano, aunque no hará ascos a sumar su sexta victoria en la cita, lo que le igualaría con Roger Federer.

“Marcarme objetivos me ayuda a mantener un alto nivel de motivación, mantener mi concentración alta en todos los aspectos del juego, pero creo que todo el mundo encuentra su mayor motivación dentro de uno mismo, en la confianza en sus propias habilidades. Ya no hago comparaciones: solo busco lo mejor para mí mismo”, ha comentado Djokovic a La Gazzetta dello Sport antes de las Finales ATP, que abandonan Londres después de más de una década para celebrarse en el Pala Alpitour de Turín, el mismo escenario en el que el Bilbao Basket disputó la inolvidable Final a Ocho de la Eurocup en 2009. El serbio, que es esa Mole Antonelliana -el edificio símbolo de Turín- que todos quieren derribar, se estrenará mañana ante el debutante noruego Casper Ruud, uno de los jugadores que se han ganado el sitio gracias a sus buenos resultados en los últimos torneos y a una acumulación de títulos en torneos menores.

El defensor del título es Daniil Medvedev, que abre el torneo hoy ante Hubert Hurkacz. El polaco, ganador en Miami en marzo y semifinalista en Wimbledon, ha seguido la misma trayectoria que Ruud para colarse en el esprint por primera vez en una cita que quizás en otro contexto le habría quedado lejos. El ruso, en cambio, es el único de los ocho jugadores junto a Djokovic que puede presumir de haber ganado un Grand Slam. En realidad, la diferencia es de 20 a 1. Quizás por eso se ha puesto en cuestión el valor de estas Finales ATP ya que faltan campeones de los torneos importantes, aunque Alexander Zverev (2018) y Stefanos Tsitsipas (2019) ya han sido maestros antes. Eso significa que la igualdad y las sorpresas presiden este evento en la década reciente, como bien sabe Novak Djokovic, que lo ganó por última vez en 2015.

cuatro en discordia

Estos cuatro tenistas parten como principales favoritos a las semifinales ya que a los otros cuatro participantes (Andrei Rublev, Matteo Berrettini, Ruud y Hurkacz) les falta bagaje y experiencia para superar la exigencia de un torneo de partidos a tres sets, pero muy exigentes. Quizás el italiano, que también se estrena en las Finales ATP, puede tener sus opciones por el factor de ejercer como local y jugar en una pista muy rápida, aunque sus últimas actuaciones no justifican el optimismo de los aficionados turineses.

Djokovic y Medvedev, que últimamente se han entrenado juntos, aparecen como principales favoritos al triunfo, con Zverev al acecho ya que Tsitsipas llega muy justo físicamente. El serbio sabe que con 34 años y muchos kilómetros en sus piernas tiene que acortar los puntos para no gastar energías en largos intercambios “ante rivales cada vez más jóvenes, potentes y motivados” y por eso se le vio en París-Bercy mucho más decidido en sus subidas a la red con buen resultado, sobre todo en la final.

También el ruso quiere “cerrar los partidos lo antes posible”, algo fundamental cuando a la temporada solo le queda la resolución de la Copa Davis, pero entiende que “cuando te enfrentas a los mejores del mundo también debes estar preparado para partidos largos”. Daniil Medvedev se ha convertido en la esperanza de quebrar de forma definitiva el orden establecido desde hace quince años porque ya lo ha logrado una vez.

Daniil Medvedev, que defiende el título, es el único de los ocho participantes que ha ganado un Grand Slam, al margen de Djokovic

Marcarme objetivos me ayuda a mantener un alto nivel de motivación”, apunta el de Belgrado, que busca su sexto trofeo de maestro