Jon Rahm deberá mejorar sus prestaciones para superar el corte en el Byron Classic. El vizcaino cumplió con las exigencias del recorrido y acabó con cuatro golpes por debajo del par del campo. Sin embargo, el TPC Craigh Ranch es uno de los escenarios más asequibles del circuito estadounidense y los birdies no pararon de sucederse entre casi todos los jugadores. De cara a la segunda jornada, las condiciones no parece que cambiarán demasiado y Rahm tendrá que entrar en esa corriente de birdies si no quiere quedarse sin competir por segundo fin de semana consecutivo.

El TPC Craigh Ranch es un campo con calles anchas donde los pegadores tienen posibilidades de recorrer muchos metros desde el tee sin miedo a irse a la hierba más salvaje. Eso hace que la clave esté en los segundos golpes. Son los encargados de hacer la selección en estos 18 hoyos. Esta faceta del juego es una de las debilidades de Rahm en los últimos meses. El golfista de Barrika no está acertado con los greenes en regulación y ayer eso volvió a ser una losa importante. Mientras los birdies de sus rivales no pararon de llegar, el vizcaino vio como sus oportunidades no fueron tan claras y con el putt tampoco brilló en exceso para mejorar su tarjeta.

Rahm comenzó con fuerza y sumó tres birdies en los primeros cinco hoyos. Esa dinámica, tan prometedora en el inicio, cambió completamente. El vizcaino fue de más a menos y los hoyos por debajo del par no terminaron de llegar. Eso le hizo caer en la precipitación y sus gestos mostraron claramente que no estaba disfrutando de su vuelta. Un birdie en el 14 fue un pequeño destello de su potencial, pero en los siguientes hoyos solo pudo sumar otro birdie más en el 18 para concluir el recorrido con la sensación de no haber aprovechado al máximo el día.

juegos olímpicos

Durante las horas previas al arranque de la primera jornada, Rahm se expresó sobre las opciones de acudir a los Juegos Olímpicos este año y reconoció que "no facilitan las cosas". "Por lo que me han dicho, al menos hay una hora o dos horas en coche hasta el campo de golf. Es mucho tiempo para pasar en el coche hacia y desde la Villa Olímpica. Tu familia no puede venir. Hay tantas restricciones", comentó Rahm. Pese a esas dudas, el vizcaino no ocultó su deseo de ser olímpico algún día: "En mi caso, quiero jugar. Ser deportista olímpico es uno de mis sueños. Pude ganar campeonatos representando a España como aficionado en casi todos los niveles y llevar la medalla de oro a casa sería increíble".