Atlético Guardés 25

Zuazo 23

ATLÉTICO GUARDÉS: Sempere, Marqués (2), Cecilia, Pérez (2), Descalzo, Miriam, Pérez (7), Da Silva (2), Barbosa, Arcos (3), Valero (7), Gómez, Carratu, Rajnohova (1), Morais y Moreno (1).

ZUBILETA EVOLUTION ZUAZO: Velasco (1), Hernández (1), Sánchez, González, Isabel (3), Barros (1), Aalla, Arozamena, Loidi (5), Encina (1), Erauskin (2), Puigbó, Bengoetxea (4), Romero y Magdalena (5).

Parciales: 2-2, 4-3, 6-7, 7-8, 10-9, 12-12 (al descanso); 15-14, 18-16, 20-19, 21-20, 23-21 y 25-23.

Árbitros: Sergio Rodríguez y Andrés Rosendo. Excluyeron a las locales Arcos, Valero y Rajnohova (2); y a Barros y Magdalena del Zuazo.

Incidencias: Encuentro disputado en el Pabellón de A Sangriña.

El Zubileta Evolution Zuazo volvió a la competición tras su obligado parón por coronavirus y lo hizo dejando buenas sensaciones. Y es que, a pesar de la derrota que sufrió en el feudo del Atlético Guardés (25-23), las de Joseba Rodríguez se aferraron al partido y creyeron en rascar algo de un duelo en el que acabaron acusando el bajón físico de la cuarentena.

El encuentro comenzó con un Zuazo muy enchufado, como si no hubiera estado dos semanas sin competir por culpa del Covid-19. Sin embargo, el Guardés tiró de verticalidad para contrarrestar el ímpetu rojinegro y mantener la igualdad en el marcador. El respeto entre ambos equipos, o quizá los nervios, provocaron muchos errores en ataque en ambas áreas. Pero las barakaldarras tenían tantas ganas de jugar, que suplieron las imprecisiones con intensidad. Así que si en la primera exclusión para el Zuazo, de Barros, fue Aalla quien mantuvo al equipo fabril; en la segunda del Guardés, fue Bengoetxea quien puso la igualada en el marcador desde los siete metros. Así el duelo se marchó al descanso con empate (12-12).

En la segunda parte el Guardés salió mordiendo, pero el Zuazo no se amedrentó. Las gallegas buscaron el punto débil del rival: el maltrecho físico de quien no pudo entrenar ni con normalidad ni con la plantilla al completo durante la semana. Así que corrieron y movieron la pelota con rapidez e hicieron sudar a las rojinegras. El Zuazo se prestó al juego. De hecho, entre la defensa y el tiro exterior, las rojinegras se pusieron a tan solo un tanto. Incluso pudieron empatar hasta en tres ocasiones. Pero Encina falló en contraataque, el lanzamiento de Loidi salió desviado y Bengoetxea picó en una falta en ataque. Perdonó tanto el Zuazo, que el Guardés se vino arriba. Y el resto es historia.