MIAMI HEAT: Butler (40), Herro (17), Robinson (13), Crowder (12), Leonard (7) -cinco inicial- Olynyk (17), Hill (3), Jones Jr (0), Iguodala (2), Nunn (4).

LOS ANGELES LAKERS: James (25), Green (2), Caldwell-Pope (5), Davis (15), Howard (4) -cinco inicial- Morris (19), Kuzma (19), Rondo (4), Smith (3), Caruso (8).

Parciales: 26-23, 58-54 (descanso), 85-80 y 115-104.

Jimmy Butler no tiene prisa por marcharse de la burbuja de Orlando, quiere seguir haciendo negocio con la venta de café, y en el tercer partido de la final de la NBA el alero de los Miami Heat firmó una actuación portentosa para conducir la primera victoria de su equipo y reanimar la serie, que parecía encaminarse a un desenlace rápido. Butler firmó 40 puntos, sin necesidad de lanzar un solo triple, 11 rebotes y 13 asistencias, contribuyó a 73 puntos de su equipo directamente o con sus pases y se convirtió en el tercer jugador de la historia tras Jerry West y LeBron James en hacer un triple-doble de 40 puntos en un partido de la final. Enfrente, hubo unos Lakers contemplativos, dormidos en los laureles de sus dos primeras victorias, que se vieron superados por el entramado táctico de los Heat.

El exjugador de Marquette, cuya condición de líder fue discutida en sus tres equipos anteriores (Chicago, Philadelphia y Minnesota), tomó las riendas del partido desde el inicio y desbordó a todos sus pares aprovechando que el ataque de Miami, con Olynyk muy abierto, limpió la zona para dejar espacios a su uno contra uno. En defensa, los de Florida lograron desconectar a Anthony Davis y Lebron se quedó sin su mejor socio y abundó en pérdidas de balón.

Los Heat salieron mandando por 22-9, pero los angelinos lograron estrechar el marcador antes del descanso gracias a Kuzma y Morris. Butler era la energía que mantenía a Miami, que aún privado de Dragic y Adebayo, no ha perdido la fe. El tercer cuarto fue un intercambio de golpes y cuando a nueve minutos del final los Lakers se pusieron por delante (89-91) se esperaba su última carga, el golpe definitivo, que dejara la final vista para sentencia. Pero jugaron de forma horrible, sin encontrar a Davis y con Lebron metido en una tela de araña. Los Heat fueron precisos en sus ataques contra una defensa descolocada por la constante movilidad de sus rivales y cerraron con un parcial de 26-13 que añade emoción para el cuarto duelo, previsto para la próxima madrugada. Si Dragic y Adebayo vuelven de su lesiones, la final puede tener más recorrido del que se pensaba.