El día menos deseado para Kaiku llegó ayer en aguas de Ares. Fue la crónica de una muerte anunciada. La sentencia definitiva de un proyecto que arrancó torcido y no se recompuso en ningún momento. Los sestaoarras certificaron su descenso a la ARC-1 y lo hicieron sin ni siquiera poder plantar batalla en el desenlace. Rendidos ante la situación y con un último puesto que ejemplifica la trayectoria de la Bizkaitarra esta temporada. Alejado de la batalla y lejos de la cabeza, que ayer la ocupó Hondarribia, nuevo líder de la competición. La trainera de Sestao se despide de la Eusko Label Liga tras doce temporadas consecutivas en la máxima categoría. Época en la que vivió momentos de gloria y también de sufrimiento. Lejos quedaron las tres ligas ganadas de forma consecutiva, los últimos años de Kaiku en la Eusko Label Liga no fueron los mejores. La salvación pasó a ser el objetivo y este curso, arrancado con la esperanza de dar un paso adelante, a la Bizkaitarra le tocó ocupar el lugar menos deseado de una competición marcada por la igualdad en todos los frentes y con una de las salvaciones más caras de la historia.

Kaiku necesitaba finalizar en cuarto lugar para mantener vivo el milagro, algo poco probable visto el transcurso de la temporada. Las altas probabilidades de certificar el descenso en Ares quedaron confirmadas muy rápido. La Bizkaitarra perdió segundos desde las primeras paladas y sufrió mucho para competir incluso con los botes de la primera tanda. En esa batalla, Ares aprovechó el conocimiento del campo de regatas para vencer en la manga y meter dos puntos a Zarautz, dejando el puesto del play-off igualado con solo una jornada por jugarse. En la primera tanda también bogó Ondarroa, que finalizó noveno y necesita un sexto puesto para adelantar en la lucha por remar en las dos últimas jornadas a Lekittarra, ausente este fin de semana por resultados contradictorios en las pruebas del covid-19 de uno de sus remeros.

Mientras en la lucha por la Eusko Label Liga, un nuevo equipo logró enfundarse el maillot de líder. Hace un mes, la Corona era una quimera para Hondarribia. A veinte puntos de Santurtzi e inmerso en la segunda tanda. Pero ya está visto que este no es un año cualquiera. Lo imposible gana opciones de hacerse realidad y los hondarribitarras consiguieron ayer dar la vuelta a la situación y protagonizar la mayor recuperación de la historia de la ACT. Mikel Orbañanos dio con la clave y ahora la Ama Guadalupekoa boga con una marcha más. Ya no es aquella embarcación irregular de principios de temporada, capaz de alternar victorias con grandes batacazos. La regata de ayer fue el ejemplo del nivel actual de Hondarribia. Salió victorioso en el cara a cara de la txanpa inicial y defendió su liderato sin mostrar ningún síntoma de flaqueza.

Los botes de la tanda de honor salieron con el tiempo de Donostiarra como referencia. La Torrekua dio una exhibición en la segunda tanda, donde también bogó Zierbena, pero una vez que los cuatro mejores botes de la Eusko Label Liga entraron en acción se vio que su actuación fue insuficiente. Hondarribia logró la proa de la regata en la txanpa inicial pero Santurtzi, Urdaibai y Orio no perdieron fuelle y se quedaron a un segundo.

Se escapa el liderato

Fue la primera ciaboga la que sirvió de punto de inflexión. Hondarribia cogió unos metros más de ventaja nada más salir de ella y Santurtzi recuperó el segundo puesto. La Ama Guadalupekoa se vio en cabeza y tiró con fuerza aprovechando su momento dulce. Santurtzi aguantó a tres segundos y Urdaibai y Orio empezaron a sufrir. Los hondarribitarras quisieron romper la regata pero la Sotera no se rindió. Sin embargo, a los entrenados por Iker Zabala les faltó fuerza en los momentos decisivos y no pudieron disminuir la sólida ventaja de la proa de la regata. Solo en los metros finales, Santurtzi pudo acercarse con peligro pero ya fue demasiado tarde y el liderato se escapó en Ares.