Kevin Durant, MVP de la NBA en 2014, ganador del anillo en 2017 y 2018 con los Golden State Warriors y poseedor de tres medallas de oro con Estados Unidos -Juegos Olímpicos de 2012 y 2016 y Mundial de 2010-, es uno de los cuatro jugadores de los Brooklyn Nets que ha dado positivo en las pruebas de covid-19. La franquicia de New York no dio los nombres de los afectados, pero fue The Athletic el que desveló su nombre y el propio Durantula lo confirmó enviando un mensaje a la mencionada web: “Tengan cuidado y pónganse en cuarentena; vamos a superar esto”. Así, son ya siete los jugadores de la liga estadounidense que han dado positivo, pues anteriormente lo hicieron el jugador de los Detroit Pistons Christian Woods y Donovan Mitchell y Rudy Gobert, ambos de los Utah Jazz, siendo el del pívot francés el primer caso detectado.

No cabe duda de que Durant, de 31 años, está viviendo un auténtico annus horribilis desde mayo de 2019. Hasta entonces, su trayectoria era de lo más exitosa. Reconocido como uno de los mejores jugadores de su generación, el verano de 2016 decidió salir de su franquicia de toda la vida, Oklahoma City, para recalar en los poderosos Golden State Warriors y, a pesar de que su decisión generó críticas, su unión no pudo ser más exitosa, pues ganaron los títulos de 2017 y 2018. El pasado curso volvían a ser los favoritos, pero todo empezó a torcerse el 8 de mayo. El alero había jugado 78 de los 82 partidos de la temporada regular, también la serie de primera ronda de play-off contra Los Angeles Clippers (metió 45 y 50 puntos en los dos últimos duelos), pero en el quinto partido de las semifinales del Oeste sufrió una lesión en su gemelo derecho. Durant se perdió la final de conferencia ante Portland y con los Toronto Raptors muy cerca de dar la campanada en la serie definitiva en pos del anillo tanto la organización de los Warriors como él mismo decidieron que volviera en el quinto partido.

Parecía que todo marchaba a la perfección. Había metido 11 puntos en sus primeros doce minutos en acción, pero en un intento de penetración ante Serge Ibaka cayó al suelo echándose la mano a la parte de atrás del pie: rotura del tendón de Aquiles. Golden State ganó aquel partido, pero cayó eliminado en el siguiente y el día que se abrió la agencia libre Durantula decidió cambiar de aires y firmar un contrato de 164 millones de dólares por cuatro cursos con los Brooklyn Nets. Ya estaba previsto, antes de su positivo, que la presente campaña iba a pasársela en blanco para rehabilitarse de su dolencia.

Atendiendo a la evolución de la pandemia, los Nets habían contratado recientemente a una empresa privada para realizar las pruebas, algo criticado incluso por Bill De Blasio, alcalde de Nueva York, que en su cuenta de Twitter aseguró que “deseo una pronta recuperación a los cuatro jugadores pero, con todos los respetos, un equipo entero de la NBA no debería realizarse estas pruebas cuando hay enfermos en estado crítico que no pueden hacérselas”. Tras estos positivos, la NBA se puso en contacto con los últimos rivales de los Nets (Bulls, Spurs y Lakers) para recordarles la necesidad de entrar en cuarentena. En la noche en la que la liga se suspendió, Brooklyn debía jugar en la cancha de Golden State, cuyo mánager general, Bob Myers, anunció el martes que su franquicia no iba a hacer pruebas a los jugadores salvo cambio de situación: “Nos han dicho que hay escasez de tests. Nos tratamos a nosotros mismos como personas, que es lo que somos. No somos ni mejores ni peores que nadie, solo un equipo de baloncesto, como cualquier otra empresa. Nuestros doctores dicen que no deberíamos hacer pruebas a gente asintomática en California”.