BILBAO - El Bilbao Basket va conociendo lo difícil que es conquistar fortalezas ajenas en la Liga Endesa. Los de Álex Mumbrú arrancaron el curso desbocados a domicilio, ganando en Tenerife, pero desde entonces se han visto obligados a claudicar en todos sus duelos en terreno ajeno. Por ello, para seguir manteniéndose en la zona templada de la tabla y no acercarse a su sótano, la sostenibilidad en Miribilla, defender con uñas y dientes su propio castillo ante el asedio de los rivales, se convierte en premisa imperativa. No lo están haciendo nada mal los hombres de negro ante su gente, con solo una derrota hasta el momento, y hoy tendrán una nueva prueba ante el exigente pero mermado Morabanc Andorra.

El vestuario bilbaino ha tenido que resetear su mente esta semana, dejar atrás la horrible actuación arbitral que mediatizó su último partido en Badalona para centrarse en el de hoy. Retornar a la senda de la victoria se antoja importantísimo para un equipo que pese a su excelente arranque de curso suma cuatro derrotas en las últimas cinco jornadas. Con toda la tropa a su disposición, Mumbrú y los suyos tendrán que hacer frente a un rival que suma seis victorias hasta el momento, que baja considerablemente sus prestaciones lejos de su cancha (solo un triunfo, ante Estudiantes, en cinco desplazamientos) y que se presenta además en Miribilla con tres bajas importantes concentradas en las posiciones interiores. A las ausencias ya conocidas de Bandja Sy y Tyson Pérez en la posición de ala-pívot (para suplirles han incorporado a Daniel Clark, que ya ha podido entrenar junto a sus compañeros y tendrá minutos hoy, y Nacho Llovet jugará también minutos como cuatro), se sumó ayer la baja de Moussa Diagne, pívot que se había convertido en el gran referente del equipo merced a sus 12,8 puntos y 6,6 rebotes de media. A Dejan Musli le tocará dar un paso al frente y el Bilbao Basket tendrá que intentar sacar provecho de este vacío en la zona para que Ondrej Balvin, Ben Lammers y Emis Sulejmanovic tengan suministro de balones y sepan imponerse en las distancias cortas.

Pese a las mencionadas ausencias, a Ibon Navarro no le falta potencia de fuego en los puestos exteriores, empezando por dos viejos conocidos del público bilbaino como Dejan Todorovic y, sobre todo, Clevin Hannah, que está rindiendo a gran nivel en el puesto de base. Y a su alrededor, piezas tan peligrosas como Jeremy Senglin, David Walker o David Jelinek. El Bilbao Basket conoce sus propias carencias y deberá tratar de ocultarlas para poder salir vencedor. Controlar las pérdidas de balón, cerrar su rebote defensivo y, sobre todo, gestionar mejor los momentos importantes del duelo se antojan factores fundamentales en un duelo con emparejamientos interesantes y en el que jugadores como Jonathan Rousselle o Rafa Martínez tienen que dar un paso al frente no solo en cuanto al acierto, también en su papel de líderes. Pescar fuera de casa cada día es más complicado, por lo que defender el castillo propio contra los asedios rivales será vital para evitar posibles zozobras.