bilbao - Carlota Ciganda cerró su participación en los cinco majors del golf femenino con un séptimo puesto en el British Open que, probablemente, le habrá dejado un sabor agridulce. La jugadora navarra, en un recorrido del Woburn Golf Club que le recordaba a aquel en el que se crió en su Ultzama natal, ha vuelto a demostrar que es capaz de codearse con las mejores del mundo, pero de nuevo le faltó ese plus competitivo para estar en la pelea en los últimos hoyos del domingo. Quizás el doble-bogey que cometió en el hoyo 18 del sábado cuando marchaba segunda a dos golpes de la que entonces parecía intratable líder Ashleigh Buhai quedará como ese momento que arruinó sus opciones después de haber tenido una jornada brillante.

Ayer salía a cinco golpes de la japonesa Hinako Shibuno y tenía una tarea muy complicada, más aún después de los dos bogeys que cometió en los hoyos 1 y 4 lo puso ya imposible, sobre todo porque varias jugadoras se sumaron a la pelea por el torneo con un festival de birdies. En ese tramo de cinco hoyos, se le escaparon sus posibilidades. Aún así, Ciganda siguió bregando en busca de un resultado que le hiciera justicia y un eagle en el hoyo 15 le metió en ese séptimo puesto con once golpes bajo par tras jugar los cuatro días bajo par. La navarra concluyó como segunda mejor europea del British Open a un golpe de la francesa Caroline Boutier.

La batalla por el triunfo tuvo gran emoción. La estadounidense Lizette Salas llegó desde atrás para mantenerse todo el día como líder en solitario o acompañada por las coreanas Jin Young Ko, número 1 del mundo, y Sun Hyung Park, la sudafricana Buhai y la propia Shibuno, con la estadounidense Morgan Pressel al acecho. Salas tuvo su primer major en la mano en un putt de poco más de un metro para birdie en el 18 que tocó el hoyo y le impidió romper el empate con la japonesa, a la que le llegó la oportunidad de su aún corta carrera. Mientras esperaba que acabara el partido que iba por delante, Shibuno, de 20 años, estaba de risas con su caddie, quitando trascendencia a un momento que a muchas habría superado. Su segundo golpe en el 18 le dejó un putt complicado de unos cinco metros, pero lo metió por todo el centro como si tal cosa y se llevó su primer major en el primer torneo que jugaba fuera de su país. El cuento de la Cenicienta sonriente acabó con final feliz y con un dato abrumador: sus 18 golpes debajo par los logró en la segunda mitad del recorrido sumando los cuatro días. Ayer hizo cinco bajo par entre el 10 y el 18 para demostrar su capacidad de abstraerse a la presión mientras no dejaba de reírse. Era la segunda japonesa que ganaba un major 42 años después y solo entonces le entraron escalofríos de pura timidez y alegría incontenible.

En el trasfondo del torneo, estaba la Solheim Cup y muchas jugadoras querían ganarse un sitio en el duelo entre Estados Unidos y Europa del mes que viene en Gleneagles. Carlota Ciganda, la mejor europea del ranking mundial (13ª), tiene la plaza asegurada y como una de las piezas claves del equipo que capitanea Catriona Matthew. Este es su séptimo Top 10 en un major y el tercero este año tras el cuarto puesto del ANA Inspiration y el décimo del Evian Championship la semana pasada.