Bilbao - El Charles Schwab Challenge se presentó como una oportunidad perfecta para recuperar sensaciones. Jon Rahm arranco ayer uno de sus torneos favoritos y disputado en un campo que en principio debería adaptarse a su juego. El vizcaino llegó con malas sensaciones después de un mal PGA Championship en el que no pudo superar el corte y uno de los objetivos planteados para este torneo era recuperar ese nivel de juego de hace un mes, en el que su regularidad le hacía estar semana sí, semana también en la lucha de los domingos. Pero esa espina clavada en el estado de Nueva York se hundió un poco más en Texas. Un irregular juego desde el tee y momentos nefastos en las inmediaciones del hoyo le hicieron sumar una tarjeta demasiado abultada que cambió por completo la misión de Rahm de cara a este torneo. El golfista de Barrika deberá remontar posiciones si no quiere saltarse su segundo fin de semana consecutivo y llegar con una tendencia muy negativa al US Open.

Rahm necesitó un arranque fulgurante para dejar de lado todos los fantasmas creados en el PGA Championship. Recuperar su toque maestro desde el disparo inicial y empezar a tener opciones de birdie. Y en primer momento lo logró. El barrikoztarra inauguró su tarjeta con un birdie. Lo hizo en un par cinco jugado a la perfección, en el que cada golpe fue el adecuado y estuvo cerca de lograr incluso el eagle. Potencia y precisión unidas de la mano. Pequeño alivio que pronto quedaría convertida en una de las pocas anécdotas positivas de otro día negro. A partir de ahí todo comenzó a torcerse. Bogey en el 2 y double bogey en el 3. Dos hoyos en los que el putt le traicionó al barrikoztarra. La tónica se repitió en ambos escenarios. Rahm no acertó a la hora de coger la calle y ahí empezaron los problemas. Con los hierros consiguió acercarse ligeramente y abrirse pequeñas opciones de par. Sin embargo, a la hora de realizar el toque definitivo no estuvo acertado. Demasiados errores en golpes aparentemente sencillos para el talento del vizcaino.

Rahm empezó a recuperar sensaciones con el paso de los hoyos. Los golpes desde el tee empezaron a encontrar las calles y los hoyos fueron jugados normalmente en busca del birdie, en vez de luchar por salvar la papeleta. El golfista de Barrika fue a más e incluso consiguió un birdie en el 11, el otro par cinco del Colonial. Rahm creció pero su remontada quedó frenada en seco en el 14. El vizcaino cometió un grave error y mandó la pelota fuera de los límites del recorrido desde el tee. A partir de ahí todo fue minimizar errores y ni eso le salió bien. A trancas y barrancas consiguió llegar al green y ahí volvió a perderse en el laberinto que le atormentó durante toda la jornada. Triple bogey. Otro mal hoyo en una jornada que seguiría empeorando.

El líder de la primera jornada acabó siendo el estadounidense Tony Finau. El golfista de Utah estuvo muy acertado con los hierros y no paró de generarse opciones de birdie para acabar con un resultado de seis golpes por debajo del par del campo, uno menos que su compatriota Jordan Spieth y el canadiense Roger Sloan.