bilbao - Jon Rahm ya no se siente un extraño cuando accede por Magnolia Lane a la casa club del Augusta National. Hoy a las 17.04 horas de Euskadi dará inicio a su tercera participación en el Masters, el torneo más selectivo del golf mundial que solo disputan otros 86 jugadores más después de haber hecho muchos méritos antes. “No es como la primera vez, que todo te parece nuevo. Ahora ya sabes porqué pasan las cosas y qué puedes esperar. No solo aquí, sino en el resto de torneos”, comentó en la rueda de prensa oficial. El de Barrika lleva ya tres años entre los mejores del mundo, ganándose el derecho a jugar el primer major del año con todas las de la ley, y suma un vigésimo séptimo puesto en 2017 y un cuarto en 2018 que le convenció que tiene el juego para aspirar el domingo a vestir la chaqueta verde.

El año pasado arrancó con 75 golpes, pero después sumó vueltas de 68, 65 y 69 y a cuatro hoyos de concluir aún estaba en posición de asaltar el liderato de Patrick Reed. Pero se fue al agua en el 15 y allí murieron sus opciones. Rahm aprendió que la experiencia y la paciencia son dos armas muy válidas para batirse con el campo. “Nunca sabes lo que te va a deparar y eso es lo que más me gusta de este campo, además de la creatividad que requiere en cada golpe. Cada año aprendo algo nuevo y siempre tengo en mente que Phil Mickelson me dijo una vez que no tienes que jugar perfecto el Augusta National para ganar”, analizó.

Ayer, precisamente, Rahm jugó la vuelta de prácticas con el zurdo de San Diego, tres veces ganador de la chaqueta verde, que le ha hecho entender que “Augusta te da oportunidades de fallar y saber aprovechar los fallos, y no sólo hacer birdies, sino saber salvar un par o incluso un bogey. Sólo tienes que tener paciencia porque todo el mundo va a fallar, no sólo tú”. Por eso, la nueva mentalidad de Rahm, que se esfuerza por ocultar en el campo sus emociones, y su carácter, por el que se le volvió a preguntar, también le pueden ayudar. “No puedo ser lo que no soy. Todos los grandes jugadores son temperamentales: lo era Seve y lo es Tiger. No soy un robot, aunque día a día trato de controlar mis sentimientos y poco a poco lo voy consiguiendo, como pasó en The Players, hace unas semanas. Siempre aprendo de mis reacciones, las buenas y las malas”, reflexionó un jugador que tendrá que mostrar una gran templanza porque hoy y mañana tendrá a su lado a Tiger Woods, con todo lo que eso supone.

Por todas estas razones, además de por su buen momento de juego, “este año siento que soy más consistente en mi juego, tanto con el drive como con los hierros”, Jon Rahm vuelve a estar muy arriba en los pronósticos, aunque el Masters es un torneo muy proclive para las sorpresas, para que jugadores que llegan por debajo del radar acaben en vencedores. Pero Jon Rahm se mojó: “Si he de pensar en alguien, aparte de en mí, sería Rory McIlroy, que está jugando de forma excepcional, el mejor golf que le he visto nunca”. Un factor que puede influir es la lluvia en este Masters ya que se anuncia que caerá agua en varios tramos del torneo. Será otro reto a superar en el Augusta National, uno de los escenarios emblemáticos del deporte mundial donde un vizcaino de Barrika quiere dejar su sello, sin prisa, pero sin pausa. Como ya hizo un guipuzcoano de Hondarribia en dos ocasiones.