El club de fútbol belga KV Ostende anunció este martes el despido fulminante del portero camerunés Fabrice Ondoa por haber organizado en su vivienda una fiesta clandestina prohibida por las restricciones de coronavirus.

"Como club de fútbol, no podemos tolerar un comportamiento egoísta e irresponsable", declaró Gauthier Ganaye, presidente de ese club de la primera división belga.

La policía de la localidad flamenca de Ostende, en el noroeste del país, fue alertada en la noche de sábado al domingo con motivo de los ruidos que provenían del apartamento del deportista.

Los agentes comprobaron que en el interior del apartamento se encontraban una decena de personas que no respetaban la normativa anticoronavirus, que limita los contactos sociales y mantiene un toque de queda nocturno. "Aún no hemos tenido infecciones de covid-19 y hacemos todo lo posible porque así siga siendo. Por eso recordamos sin cesar a nuestros jugadores sus responsabilidades. Estamos obligados a iniciar un procedimiento de despido contra Fabrice Ondoa", agregó el club.

El portero, que llegó al club belga en julio de 2018, ha disputado 30 partidos con el Ostende, pero ninguno esta temporada en la que el guardameta titular es Guillaume Huber.

Otro club, el Westerlo, también ha anunciado que aplicará "una sanción apropiada" después de que trascendiera que su centrocampista belga Tuur Dierckx celebró una fiesta a la que asistió al menos uno de sus compañeros de ese equipo de primera división.

La policía descubrió en su casa en la noche del sábado al domingo a nueve hombres y cinco mujeres y, según medios belgas, varios de los varones son jugadores de fútbol de primera y segunda división.

"Cualquiera que rompa las reglas por el coronavirus será multado. Es igual para todos, incluidos los futbolistas. Sin embargo, debido a la mayor responsabilidad que asumen, tanto en su papel de ejemplo como frente a sus compañeros futbolistas, creemos que también debe haber un seguimiento interno", indicó el club.