OSU Gallastegi (Otxandio, 10-XII-2001) sintió un gusanillo en el estómago cuando, el pasado domingo, el míster Jon Larreategi anunció el once de la Cultural de Durango para medirse a domicilio al Sodupe. En él apareció por primera vez el nombre de este joven de 18 años que este verano ha dado el salto del juvenil al primer equipo, aunque juega con ficha del filial. Esa tensión inicial se convirtió pronto en alegría. El estreno no pudo resultar más exitoso para este mediapunta que llegó a Tabira como infantil y que se ha ido labrando esta oportunidad categoría a categoría. Y es que al cuarto de hora abrió la lata con un golazo y allanó el camino hacia la primera victoria liguera para un conjunto durangarra que, gracias al triunfo, se alojó en lo más alto de la tabla del apretado subgrupo B de Tercera División.

“Levanté la cabeza, vi a todos mis compañeros venir y pensé: hostia, gol. Me di media vuelta, corrí hacia el córner y me eché de rodillas”, narra Gallastegi cuando se le pide que recuerde qué hizo nada más marcar su primera diana. También describe con desparpajo cómo se produjo el gol, que llegó tras dos caños. “Vi mucho espacio entre central y lateral, así que decidí hacer el desmarque y Txapu me puso un buen balón. Una vez dentro del área, me anticipé al primer defensa y según vi que venía otro pensé que tenía que intentar hacerle un caño. Me salió bien y luego finalicé por debajo de las piernas del portero, aunque el segundo fue un poco más de carambola”, explica el joven, al que nunca se le ha dado mal lo de meter goles, puesto que “siempre he tenido buenos compañeros al lado”.

Gallastegi es el último ejemplo de la apuesta por la cantera que se realiza en Tabira. En las dos primeras jornadas, ya había disfrutado de minutos entrando desde el banco. A la tercera, le llegó la oportunidad de formar parte del once. “Teniendo en cuenta que la temporada pasada era juvenil, no esperaba tener tanta participación. Si me llegan a decir que en la tercera jornada iba a salir de titular y marcar un gol, no me lo hubiera creído. Así que estoy muy contento y encantado con la posibilidad que me ha dado el entrenador”, subraya el jugador que, cuando militaba en las categorías inferiores, se solía quedar a animar al primer equipo. “Veía Tabira lleno de gente y siempre quería jugar con los mayores, porque a nosotros no venía a vernos tanta gente”, reconoce. Le falta por quitarse esa espinita, ya que, dada la situación, están jugando a puerta cerrada. “Mi padre está como loco por venir a vernos. En mi familia siempre han venido todos a verme y es una pena, pero mejor aguantarse un poco hasta que mejore la situación, luego ya habrá tiempo”, añade.

Tras el salto al primer equipo, comparte vestuario con otro jugador de la generación de 2001 como es el mediocentro Aitzol González, llegado del Danok Bat. Los extremos Imanol Torre, canterano que ya impresionó la temporada pasada, y Joseba Beitia, fichado este verano del Amaikak Bat, ambos nacidos en el año 2000, también aportan juventud a una plantilla que mantiene a gran parte del bloque del curso anterior. “Hay gente con mucha experiencia y estoy aprendiendo mucho. Recibo un montón de consejos de los veteranos, que me ayudan a saber en qué tengo que mejorar”, agradece Gallastegi, al que le gusta fijarse en futbolistas como Silva, que “juega muy bien entre líneas y lee muy bien los espacios”.

La Cultu suma dos empates y una victoria. Igualada a 5 puntos con Ariznabarra, Pasaia y Urduliz, encabeza la tabla de un subgrupo B calificado por muchos como el más flojo de los dos. “Toquen los equipos que toquen, la Tercera es muy difícil. Es cierto que en el otro grupo hay varios gallos, pero en el nuestro están Basconia, Vitoria y San Ignacio, que tienen chavales que quieren estar en el primer equipo de un Primera”, considera Gallastegi. Este fin de semana les toca descansar, lo que “nos va a venir bien”, ya que debido al nuevo formato “hay que meterle mucha intensidad a todas las jornadas”.