HRISTOPHE Atangana (Doula, 2-III-2000) encarna un caso peculiar. El futbolista originario de Camerún recaló en Lezama en categoría infantil procedente del Iturrigorri con la etiqueta de un portero adelantado a su tiempo. Su físico, su madurez, entre otros matices, retrataban un chico que se salía del cliché de los de su edad. Iba por delante de sus compañeros. Incluso había quien cuestionaba sus datos vitales. Unas dudas que hacían un flaco favor a Cris, como se le conoce popularmente. Atangana, sin embargo, estaba a lo suyo y no pudo evitar ciertas suspicacias, pero también se estimuló en su sueño de llegar a jugar algún día en el Athletic. Se levantaron quizá muchas expectaciones en su día sobre su persona y esa ansia mal medida le ha podio pasar factura. Atangana, a sus 20 años, tiene futuro por delante, pero probablemente este podría no producirse a corto plazo en el club bilbaino, con el que tiene contrato hasta el 30 de junio de 2021. Cris ha dado muchas vueltas en los últimos tiempos, sobre todo a lo largo de este curso, en el que ha llegado a tener ficha en cuatro equipos diferentes, en algunos casos de forma efímera, lo que se califica como "situación de paso".

La dirección deportiva aún no ha tomado una decisión definitiva sobre Atangana, que no ha tenido la continuidad que desearía y que tampoco ha respondido en la medida de lo que se esperaba. Esta campaña inició la pretemporada con el Bilbao Athletic, con ficha incluida, pero fue cedido de nuevo al Leioa, con el que solo ha jugado nueve partidos, ocho en el grupo II de Segunda División B y uno de Copa, en temporada y media, un bagaje pobre. Urtzi Iturrioz, también curtido en el Athletic, le había ganado el pulso. En enero regresó a Lezama, donde se le hizo ficha del Basconia de cara a ejecutar la cláusula que ampliaría su contrato un ejercicio más. Fue una situación de paso aceptada por las instancias federativas para vivir una nueva cesión en el Somorrostro, del grupo IV de Tercera División, y en el que Atangana, que vive en un piso en la localidad de Lezama, se había reencontrado en sus seis encuentros en el conjunto minero hasta que la pandemia del covid-19 frenó su buena línea, lo mismo que el Somo, que se ha tenido que conformar con una quinta plaza que le ha dejado a las puertas del play-off de ascenso, que sí disputará el Basconia, en el que Cris sacó una de sus mejores versiones en la campaña 2017-18.

Atangana, que también ha sido internacional con la selección sub'20 de Camerún, ha recuperado la sonrisa en el equipo de Iñaki Pola, que se ha mostrado muy satisfecho con el rendimiento del meta de Rekalde, que en enero de 2017 sufrió una grave lesión de menisco durante un entrenamiento en Lezama con el Basconia y que le hizo ver la cara amarga del fútbol. Cris ha vuelto a Lezama debido a la excepcionalidad generada por la pandemia, aunque es consciente de que esta campaña no volverá a competir. Se tiene que conformar con entrenar casi en solitario hasta que llegue la nueva pretemporada, en la que en principio debería incorporarse al Bilbao Athletic, que en julio optará a por un complicadísimo ascenso a LaLiga SmartBank. Atangana ha dado demasiadas vueltas a lo largo de esta campaña. Le toca asentarse, ya sea bajo el manto del Athletic o lejos de Lezama. En el Somorrostro ha vuelto a ser "un portento físico, con muchos reflejos y agilidad".

La dirección deportiva debe decidir sobre el futuro del de Rekalde, al que le queda una temporada más de contrato con el Athletic