El Newcastle United, el club inglés que se conoce como las urracas, también ha encontrado un tesoro inimaginable.El Fondo de Inversión Pública del país, patrocinado por Mohammed Bin Salman, príncipe heredero al trono, desea comprar el club a Mike Ashley por 444 millones de euros en una operación auspiciada por PCP Capital Partners y que ha suscitado una enorme polémica

Amnistía Internacional ha denunciado a la Premier League la propuesta de compra del club inglés y advierte tanto al Newcastle como a la propia competición, que acoge la liga más rica del mundo, de poder estar encubriendo crímenes contra los derechos humanos. La organización envió un escrito a la liga inglesa pidiendo que investigue los registros del país. "Al no haberse respondido a las dudas concernientes al registro de derechos humanos de Arabia Saudí, la Premier League está poniendo en riesgo convertirse en un encubrimiento para esos que quieren usar el glamour y el prestigio de este fútbol para tapar acciones inmorales y que quiebran la ley internacional, en violación del derecho internacional y en desacuerdo con los valores de la Premier League y la comunidad futbolística mundial", apuntan desde Amnistía Internacional.

La visión de Amnistía la comparten desde otros foros. No es el único agente que entiende que el desembarco del dinero saudí a través del Newcastle es un modo de blanquear el proceder de los gobernantes del emirato en cuanto a los derechos humanos, pisoteados con denuedo en el país árabe. Son numerosas las voces críticas ante este movimiento que trasciende el fútbol. En su campaña de marketing y propaganda para limpiar su imagen, muy dañada en el ámbito internacional, Arabia Saudí compró la Supercopa de España durante cuatro años y se hizo con los derechos del Dakar. El Newcastle es ahora el caballo de Troya que quiere emplear para blanquear su perfil.

Si finalmente se consuma el desembarco del fondo saudí, este tendría la capacidad de voltear la jerarquía futbolística por la ingente cantidad de dinero que maneja. El Newcastle podría bañarse en oro. Las urracas se convertirán de esta manera en el club más rico de Inglaterra y multiplicaría por catorce la capacidad económica del Manchester City, que ostenta el trono en la actualidad con la inversión procedente de Emiratos Árabes Unidos, otro país bajo sospecha. Según publicó el Daily Mail, el fondo saudí dispone de un capital de 368.000 millones de euros, por los 26.500 de Sheikh Mansour, que sostiene a los Daily Mailcitizens.

Conviene poner en perspectiva cuál puede ser el impacto de la llegada al fútbol del Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí si se toma como referencia que el jeque del City ha gastado 1.800 millones de euros desde que asomara por la Premier en 2008.

El Manchester City reventó en su día el mercado de fichajes como antes lo hiciera el Chelsea de Abramovic. El París Saint Germain continuó esta senda, pero nada sería comparable al músculo financiero que dispondría el Newcastle si la operación se concretase. Mientras son numerosas las voces que critican la llegada de un dinero de procedencia controvertida, controlado por Mohammed Bin Salman, para muchos el presunto inductor del asesinato de Jammal Kashoggi, un periodista incómodo para el régimen que fue drogado, ejecutado y troceado en el Consulado de Arabia Saudí en Estambul ante la presencia de miembros de los servicios de inteligencia saudíes, los aficionados del Newcastle cuentan los días para recibir el maná.

Aferrados a la idea que lanzó Bill Shankly, entrenador del mítico Liverpool de los 70 del pasado siglo, que trasladó aquello de que "algunos creen que el fútbol es una cuestión de vida o muerte, pero es algo mucho más importante que eso", los fans de las urracas no parecen cuestionar el dinero saudí y miran al césped con la idea de llenar las vitrinas. Sueñan con disponer de parte del tesoro del emirato para construir un equipo repleto de estrellas. Alejada la hinchada de la figura del actual propietario, Mike Ashley, poseedor de una gran fortuna y dueño de la cadena de tiendas deportes Sports Direct que quiso deshacerse del club poco después de que lo adquiriera, el dinero saudí sería un gran estímulo para el Newcastle, un clásico del fútbol de las islas venido a menos.

Con semejante capacidad en la chequera, ha comenzado el desfile de cromos a los que podría acceder el club inglés. Se apilan los nombres. Mauricio Pochettino, extécnico del Tottenham, podría ser el hombre elegido para tripular una nave para la que también se piensa en Massimiliano Allegri, exentrenador de la Juventus. Además de un preparador de prestigio, el Newcastle tendría capacidad financiera para reventar el mercado y hacerse con un puñado de luminarias sin que se les resintiera la economía. Y es que desde que se supiera el interés de Arabia Saudí para la compra del Newcastle, el brillo del dinero dora St. James Park, el nido de las urracas. Como se sabe, las urracas son codiciosas.

Amnistía Internacional ha advertido a la Premier League de que puede estar encubriendo crímenes contra los derechos humanos

El Newcastle superaría en mucho la capacidad financiera del Manchester City, que está controlado por los Emiratos Árabes Unidos