Donostia - Los cinco técnicos de los equipos vascos que compiten en Primera coincidieron ayer en el Aquarium de Donostia con motivo de un acto promovido por el Comité Guipuzcoano de Entrenadores. Quedaba atrás un fin de semana más bien discreto, sin victorias, con dos empates (Real y Osasuna) y tres derrotas (Athletic, Eibar y Alavés). Pero Imanol Alguacil, José Luis Mendilibar, Asier Garitano, Jagoba Arrasate y Gaizka Garitano supieron abrir un paréntesis en la temporada futbolística para mostrarse abiertos y relajados, lejos de la tensión competitiva. La charla tuvo su vertiente táctico-técnica. Pero el evento también contó con una cara más personal que inauguró José Luis Mendilibar, refiriéndose a sus inicios en los banquillos. “Terminé de jugar y pensé que algo había que hacer, así que empecé a entrenar en equipos de regional. Llevo más de veinte años en esto y me han echado cuatro veces. No está mal”, bromeó el de Zaldibar. “Cuando me cesaron la primera vez, me dijeron que entonces ya era un técnico de verdad. Y creo que algunos de estos todavía no han vivido eso”, agregó entre risas.

Imanol era en realidad el único aludido. “Pues yo todavía no soy entrenador”, recogió el oriotarra. “Espero que pase mucho tiempo hasta que lo sea”, indicó a continuación, antes de exponer que siempre ha basado su carrera como técnico en la meritocracia. “Cuando me saqué el carnet y empecé en Orio, no podía imaginar que alcanzaría mi situación actual. En cualquier caso, siempre tuve claro que lo que consiguiera tenía que suponer una consecuencia del trabajo”, explicó el preparador txuri-urdin, quien lanzó un mensaje de ánimo a los entrenadores en ciernes. “Igual muchos estáis trabajando en equipos de pueblo, sintiendo que vuestra labor no es reconocida. Continuad insistiendo. Aquí tenéis nuestros ejemplos”.

Y es que los cinco casos tienen ese denominador común, la procedencia del fútbol modesto. Arrasate relató que ya ejercía de técnico durante sus últimos años como futbolista. “Estaba en el Beasain y ya veía que se me terminaba la carrera. Iba a los entrenamientos en coche con el míster, con Manix Mandiola, y que él mismo me consultaba qué se podía hacer en este o en aquel partido. Yo a veces le recomendaba que me dejara en el banquillo y que pusiera a Urtzi Arrondo”, lanzó el de Berriatua, provocando las carcajadas de los presentes. También tiró de guasa Asier Garitano, de quien Mikel Etxarri, en el papel de moderador, aseguró que estaba menos controlado. “Es que quería tenerte lejos”, dijo el de Bergara, agradecido a los entrenadores que le incluyeron en sus cuerpos técnicos. “Siempre me sentí muy valorado”. También empezó desde abajo Gaizka Garitano, que entrenó al filial del Eibar. “Iba con chavales jóvenes a campos complicados como el del Portugalete, por poner un ejemplo. Ahí es donde me daba cuenta de que tenía que mejorar mucho como entrenador”, un proceso quizás motivado por tener a un preparador en casa, su aita Ondarru (segundo de Mané). “Tampoco hemos hablado tanto de fútbol”, aseveró Gaizka.