Río de janeiro - Sea con un vulgar harakiri, algo así como cortar la barriga, o seppuku, que con más nobleza alude a cortar el vientre, las selecciones de Japón y Ecuador se hicieron daño con el mismo fútbol hasta quedar fuera de la Copa América en el Grupo C, que dominaron Uruguay y Chile. Un triunfo hubiera clasificado a cuartos de final a Japón, que al cabo de tres jornadas sumó 2 puntos, o a Ecuador, que llegó a la última fecha con las manos vacías y se fue con uno. Pero el empate obró el milagro que esperaba Paraguay, una selección que el domingo cerró su campaña en el Grupo B con dos empates y una derrota ante Colombia, pero un mejor saldo de gol que los Samurais azules.

En otras palabras, la suerte, o un milagro, que también se da en el fútbol, quiso que la Albirroja dirigida por el argentino Eduardo Berizzo se clasificara por la vía alterna que premia con dos plazas a los dos mejores terceros entre los tres grupos de la primera fase. Más insólito aún: Paraguay avanzó con el equivalente al 22,2 por ciento de aprovechamiento pues de 9 puntos posibles, los que consiguió Colombia, apenas rescató 2.

Con el suicidio futbolístico cometido ayer en Belo Horizonte por japoneses y ecuatorianos, Paraguay tomó el último pasaje a la fase de los mejores ocho selecciones en la que mañana le aguarda Brasil en Porto Alegre.

En el otro partido del grupo C, la selección uruguaya fue más pragmática que la chilena en Maracaná.

Edinson Cavani resolvió el encuentro parejo con un gol a los 82 minutos y produjo un cambio de guardia en la cima del grupo. La Celeste terminó como líder con 7 puntos y Chile, que hasta entonces estaba invicto con 6, acabó segundo y eso le obliga a jugar en cuartos ante la difícil Colombia.