jerusalén - El Atlético de Madrid cerró la temporada en Israel ante el Beitar Jerusalén, que tiene a fama un nutrido grupo de ultras que se ha autoproclamado “el club de fútbol más racista del país” y es el único equipo que se precia de no aceptar a jugadores árabes o musulmanes en sus filas. La aventura del Atlético no salió nada bien y acabó con la preocupación por la lesión de Diego Costa, que fue retirado en camilla con claros gestos de dolor con un esguince de alto grado en el tobillo. El partido sirvió para despedir a Antoine Griezmann, que anotó de penalti su último gol con el conjunto rojiblanco, derrotado por 2-1 en un amistoso que no lo fue tanto.

Diego Costa no jugaba desde el 7 de abril, cuando fue expulsado contra el Barcelona en el Camp Nou y fue sancionado con ocho encuentros de suspensión, de los que aún le queda uno por cumplir. No ha tenido suerte en los últimos tiempos el 19 rojiblanco, fuera de competición en 21 encuentros este curso entre diversas dolencias; trece de ellos por la operación del quinto metatarsiano del pie izquierdo. Ahora sufre, según el primer diagnóstico de los médicos del Atlético, “un esguince de alto grado en el tobillo izquierdo”. Después, las pruebas radiológicas en un hospital de Jerusalén descartaron una afectación ósea en la articulación.

Antes, la instantánea de la lesión desató las alarmas. En el minuto 23, cuando iba a por una pared con Álvaro Morata, recibió la entrada del defensa rival, cuya rodilla alcanzó su tobillo izquierdo, doblado completamente. No se movió ya del suelo Diego Costa, que se llevó las manos a la cara, visiblemente dolorido, dentro del área israelí. Los servicios médicos del club rojiblanco la atendieron sobre el césped durante tres minutos, entre la mirada atenta e inmóvil de Diego Simeone en la banda. No se incorporó en ningún momento, hasta que fue retirado en camilla del campo.

Ese hecho marcó el partido. Un contratiempo indudable para el Atlético y para él. Fue sustituido en el minuto 25 por Rodrigo Hernández, cuyo futuro está aún por descubrir.

El encuentro amistoso fue poco amistoso por momentos para el Beitar, un símbolo de la derecha del país, que se empleó con toda la intensidad del mundo. Pero el dinero del multimillonario israelí Idan Ofer, que la víspera agasajó a los colchoneros, primó en el club por encima de las protestas de los palestinos. - DEIA / Efe