LA falta de acierto en los metros finales está siendo, junto a las dichosas lesiones, el principal problema del Arenas en el presente curso. De hecho, es el tercer equipo del grupo que menos goles ha celebrado, hándicap que contrarresta con su fiabilidad defensiva, dado que solo hay cuatro escuadras que han encajado menos hasta el momento. En las tres últimas citas, la puntería de los getxotarras la ha monopolizado el argentino Damián Zamorano (Mar de Plata, 22-XI-1992), extremo que aterrizó en Gobela hace poco más de un año, en el mercado invernal de la pasada campaña. Tan solo había firmado dos dianas como rojinegro hasta que, en el primer duelo de marzo, vio puerta en el empate ante el Calahorra y cogió carrerilla. Y es que después selló el único tanto del triunfo contra el Real Unión y el domingo pasado abrió la lata ante un Bilbao Athletic que acabó remontando. Hoy quiere alargar la racha en el choque que disputarán en casa contra el Tudelano a las 18.00 horas.

“Se me había estado negando el gol hasta ahora, pero las cosas cambian de la noche a la mañana. La fortuna está ahora de mi lado y estoy en una buena racha que sirve para ayudar al equipo”, explica Zamorano, que considera el “seguir intentándolo, aunque falle” como clave de su dulce momento. Respecto al escaso acierto goleador del Arenas, el único miembro de la plantilla que ha participado en todos los encuentros ligueros hasta el momento lamenta que “creamos situaciones, pero no entran tantas como nos gustaría”.

Los getxotarras, ubicados en la décima plaza con una renta de seis puntos respecto al descenso directo y de cuatro puntos sobre el play-out, reciben esta tarde a un Tudelano al que aventajan en tres puntos y que es uno de los equipos que mejor segunda vuelta está firmando. “Todos los partidos son importantes, ya estamos en la recta final. Tenemos que llevar la iniciativa y que la victoria se quede en casa”, indica el diestro que suele actuar en banda izquierda. El objetivo de la Copa aún se encuentra al alcance, siete puntos por encima, pero Zamorano explica que “no miramos más allá del siguiente partido, porque cada semana cambia mucho la situación”.

cruzar el charco Zamorano, que aún no ha visto ninguna cartulina en el presente curso, es el segundo con más minutos en la plantilla dirigida por Jabi Luaces, solo superado por Ian Uranga. “Es un orgullo y da tranquilidad el ver que el cuerpo técnico confía en mí”, apunta el futbolista criado en la cantera de Kimberley hasta alcanzar el primer equipo. En enero de 2014, cruzó el Atlántico para vivir su primera experiencia en Segunda B en las filas de El Palo malagueño. “Mi representante tenía buena relación con los dirigentes del club, que necesitaba un extremo y un delantero. Así llegamos mi compañero Julián Cardellino y yo”, recuerda quien año y medio después firmó por la Real Balompédica Linense, donde permaneció dos temporadas y media.

La pasada campaña no estaba contando con minutos en el equipo gaditano y recibió la llamada del Arenas en el tramo final del mercado invernal. “Hablé con Manu (Franco) y Bolo un miércoles y el viernes ya estaba entrenando en Gobela”, rememora este hincha de Boca que admiraba a Riquelme. “No me puedo quejar de la gente que encontré aquí, solo tengo palabras de agradecimiento hacia el club”, destaca quien reside junto a su mujer y su hija. “El fútbol es más parecido al argentino en este grupo, más directo, aguerrido y físico”, señala, maravillado por los “lindos paisajes” euskaldunes. “Soy más de sol que de lluvia, pero este año no me puedo quejar”, bromea.