Apenado y contrariado por la decisión, Mikel Landa se ha visto obligado a dejar la presidencia de la Fundación Euskadi por imperativo de la UCI (Unión Ciclista Internacional). Según el organismo rector del ciclismo mundial existe un conflicto de intereses entre el corredor del Bahrain y su cargo como presidente de la Fundación Euskadi por el salto de categoría del Euskaltel-Euskadi, que es un equipo ProTeam. El ciclista puede coincidir con la formación que la Fundación auspicia en competición y esa situación no cabe en el reglamento de la UCI. Por eso, el corredor ha tenido que dimitir de su cargo en la Fundación Euskadi. El entorno de Landa no comparte la tesis de la UCI, pero acatan la decisión.

El ciclista dejará la presidencia de un proyecto que salvó. Landa rescató in extremis a la Fundación en el verano de 2017, cuando recibió la llamada de Miguel Madariaga para que se hiciera cargo de la nave nodriza del ciclismo vasco. Landa no se lo pensó y socorrió a la Fundación, que se encontraba en un estado crítico. Desde entonces y con Landa en la presidencia, la Fundación Euskadi ha ido ganando músculo y capacidad de acción. Orbea y Etxeondo se subieron al barco capitaneado por el murgiarra en cuanto el de Murgia anunció su llegada a la Fundación. Con ese primer impulso, Landa logró sostener la estructura de un proyecto que el pasado año dio un paso de gigante con la incorporación de Euskaltel como principal sostén económico del equipo profesional. El conjunto naranja intentará hacerse con una invitación para el Tour de Francia 2023, cuya Grand Départ será en Bilbao.

La ausencia de Landa, cabeza visible del proyecto, genera un vacío, pero en la Fundación Euskadi, que también cobija un equipo femenino y otro amateur con la colaboración de Laboral Kutxa, continuarán con su legado. La figura de Jesús Ezkurdia, mano derecha del ciclista y mánager general del Euskaltel-Euskadi, cobrará más peso en el día a día. En cualquier caso, Landa seguirá siendo el corazón y el latido de la Fundación. Estará sin estar, pero será el líder inequívoco de un proyecto que la normativa de la UCI le impide encabezar debido a su reglamento.

De hecho, el pasado mes de febrero, el ciclista no estuvo en la presentación oficial del Euskaltel-Euskadi en la sede central de la compañía telefónica en Derio. Landa estaba preparando la campaña ciclista en Canarias, pero tampoco dejó un vídeo o una conexión telemática de saludo en el acto de bienvenida al curso. Ese detalle no pasó inadvertido y DEIA pudo saber que la UCI pretendía que Landa abandonase la presidencia desde tiempo atrás. Finalmente la Unión Ciclista Internacional ha impuesto su lógica y Landa no será el presidente de la Fundación Euskadi.