EN el Movistar todo fue silencio en la trituradora del Tourmalet, la montaña que aniquiló definitivamente a Nairo Quintana, herido por una caída, pero derrotado porque el colombiano hizo mutis por el foro. Quintana deberá esperar a tiempos mejores para tratar de agarrar el Tour, un deseo que tiene el aspecto de quimera. Sufría Quintana en el sótano del grupo de favoritos, con el rostro pidiendo clemencia, pero sin abrir la boca. Mal asunto para el líder del Movistar, sobre todo, porque los que le desvencijaron fueron sus propios compañeros. A Quintana le desenmascaró el fuego amigo. Víctimas de sí mismos. Andrey Amador comandaba la ascensión al gigante pirenaico después de que el Movistar apostara desde el Soulor para ganar la etapa e impulsar a Mikel Landa y Quintana en la general. Entonces sonaba la marcha alegre, para triunfar. En el Tourmalet, ese ritmo de guerra, dejó tieso a Quintana, que hincó la rodilla poco después. El repunte de Marc Soler acabó por rematar al colombiano, que se desvaneció sin decir nada. Quintana no avisó a sus compañeros de la crisis que le ahogaba para no perjudicar las opciones de Landa. “Mikel venía muy bien y no les podía parar”, explicó el de Cómbita para justificar su modo de proceder. Valverde, sorprendido, apuntó en meta que Quintana no dio la voz de alarma a sus camaradas. La falta de comunicación fue el clavo que cerró el ataúd de Quintana en la Grande Boucle.

el subidón de la afición “Íbamos convencidos de disputar e triunfo, pero Nairo no ha tenido la etapa y hemos tenido que cambiar un poco el planteamiento”, analizó Mikel Landa, el mejor del Movistar en un Tourmalet atestado de aficionados vascos, desplazados en masa a la cuneta pirenaica. “Ha sido un subidón. Estoy más animado”, subrayó el escalador de Murgia, que tuvo muy buenas sensaciones hasta que a falta de 5 kilómetros para la cima el organismo le advirtió de que a partir de entonces se trataba de sobrevivir. Aferrado al grupo del líder, Landa, que no tuvo capacidad para pujar por la victoria final, fue sexto en meta, a 14 segundos de Pinot. Undécimo en la general, a más de seis minutos de Alaphilippe, Landa piensa en el remonte y en hacerse con alguna etapa. “Me gustaría disputar etapas y acabar lo más cerca posible del podio. Quedan etapas con muchos puertos donde se puede meter gente por delante con tiempo perdido? esto puede dar muchas vueltas. Queda mucho Tour”. En el Tourmalet se escuchó el réquiem de Movistar. El silencio.