Bilbao - El sábado por la tarde, el excorredor David Etxebarria, director en la actualidad del equipo amateur Grupo Eulen, compartió en Twitter una reflexión. Habló de aquellos ciclistas que cambian de equipo cada año para tratar de encauzar sus carreras deportivas, un hecho que rara vez suele funcionar. “No pienses que puedes encauzar algo que más de uno no pudo”, añadió. De esa máxima, que encuentra muchos ejemplos, no solo en el mundo de las dos ruedas, se escapan un puñado de corredores que lejos de ir a menos, van a más con el paso de los años. Aquellos que fuerzan los cambios para crecer. Y entre ellos asoma la figura de Gorka Izagirre, un profesional como la copa de un pino en cuyo palmarés no sobran los triunfos, que siempre ha trabajo en pos de los intereses de su equipo -Nairo Quintana aún echa en falta su desempeño como gregario-, pero que cuando ha gozado de libertad rara vez ha fallado. Un buen ejemplo de ellos es lo sucedido en las cuatro etapas que han compuesto el Tour de La Provence, donde el guipuzcoano ha estrenado el maillot del Astana esta temporada conquistando la clasificación general por solo unas milésimas de diferencia con Simon Clarke (EF). Un bautismo inmejorable.

El año no ha podido empezar mejor para los hermanos Izagirre. Si Ion conquistó el pasado domingo la Volta a la Comunitat Valencia, ayer, en Francia, fue el mayor de los dos, Gorka, quien inauguró su palmarés en 2019. Un triunfo peleado que se convirtió en objetivo primordial después de que se situara como líder de la general tras la segunda etapa, aunque con una nimia renta de solo dos segundos sobre Thibaut Pinot (Groupama) y seis sobre Tony Gallopin (Ag2r). Así las cosas, la bonificaciones iban a adquirir una trascendencia vital. Tras una primera jornada de lucha contra el crono en la que cedió 29 segundos con el vencedor, Filippo Ganna (Sky), el de Ormaiztegi fue tercero en la segunda etapa, en la que logró cuatro segundos de bonificación, suficientes para adelantar a Pinot, el único de los nueve corredores del grupo de nueve ciclistas que alcanzó la meta por delante del pelotón que realizó mejor contrarreloj que Gorka Izagirre (2 segundos).

El guipuzcoano se cosió el maillot multicolor de líder y, pese a no contar con un equipo potente, pues las principales figuras del Astana y sus mejores gregarios se encontraban repartidos en otros frentes, como Murcia, Almería o Colombia, se defendió como gato panza arriba para mantener el liderato. En ocasiones, el mejor ataque es una buena defensa.

No lo tuvo nada fácil. El sábado, Gallopin y Clarke le recortaron cuatro y tres segundos, respectivamente, para estrechar aún más la clasificación. Ayer, tras acabar en segunda posición tras John Degenkolb (Trek) en el sprint final, el australiano le alcanzó en tiempo, aunque las milésimas le otorgaron a Gorka el triunfo en la clasificación general.

imparable astana La victoria del de Ormaiztegi supone su bautismo con el Astana, al que ha llegado procedente del Bahrain, y con la que el conjunto kazajo sigue engordando su palmarés en un inicio de curso espectacular. Al triunfo de Ion Izagirre en la general de la Volta a la Comunitat Valenciana del pasado fin de semana hay que sumar la exhibición del equipo en la Vuelta a Murcia. Allí, Pello Bilbao se vistió de líder tras imponerse en la primera etapa y su compañero Luis León Sánchez repitió la victoria de 2018 al vencer en la jornada del sábado y adjudicarse la general. Fuera de Europa, Miguel Ángel López fue profeta en su tierra al conquistar el Tour de Colombia, cuya última etapa ganó Nairo Quintana (Movistar); mientras que Alexey Lutsenko sorprendió a los esprinters en Omán para imponerse en la segunda etapa.