BILBAO. Indignación. Ese es, posiblemente, el vocablo que mejor define el estado de ánimo de todos los estamentos que componen el Bilbao Basket y su masa social cuando se saca a colación la actuación arbitral que los hombres de negro sufrieron el domingo en su visita al Joventut de manos de Jordi Aliaga, Jorge Martínez Fernández y Rubén Sánchez Mohedas. A la conclusión de la contienda, saldada con derrota por 97-86, Álex Mumbrú, que había recibido una técnica por protestar en el tercer cuarto, compareció bastante moderado ante los medios de comunicación y se limitó a hablar del “exceso de rigurosidad” del trío de colegiados en un par de acciones concretas -las técnicas pitadas a él mismo y a Jaylon Brown-, lo que “desestabilizó mentalmente” a los suyos. Por su parte, varios jugadores -el propio Brown, Ondrej Balvin, Jonathan Rousselle y Arnoldas Kulboka- mostraron de manera sutil, algunos a base de emoticonos y otros tirando de ironía, su incredulidad ante lo acontecido en el Palau Olimpic. Desde la planta noble de la entidad de Miribilla las sensaciones son exactamente las mismas por lo que el club ha tomado la decisión de trasladar de manera formal su queja a la ACB. Para ello, se dará curso al procedimiento a seguir en estos casos, adjuntando la documentación y las imágenes de vídeo que sirven para argumentar las acciones por las que la escuadra vizcaina se siente perjudicada y las cuales considera que tuvieron “una influencia importante en el desarrollo normal del encuentro”.

Buena parte del enojo del Bilbao Basket se centra en la técnica señalada a Jaylon Brown, que supuso su quinta falta y eliminación del partido, tras colocar un ajustado 77-76 en el luminoso a 3:46 del final gracias a un mate. Al descender, el balón cae en sus manos y a pesar de que el estadounidense lo suelta en cuestión de décimas de segundo los colegiados le castigaron por retenerlo. Esa fue la acción más llamativa por el momento en el que se produjo y porque dibujaba un escenario de máxima igualdad hasta el bocinazo final, pero a partir de ese momento se dieron otras señalizaciones más que desde el conjunto vizcaino consideran perjudiciales y, sobre todo, “muy difíciles de entender”.

Dentro de esa consideración, y dentro de ese tramo final de 3:46, podrían entrar una falta rigurosa en ataque en un bloqueo señalada a Ben Lammers con 79-76, una antideportiva más que dudosa de Rafa Martínez sobre Xabi López-Arostegui con 81-76 de la que el Joventut saca un jugada de cinco puntos, la personal que señalan a Kulboka cuando Axel Bouteille falla el tiro libre adicional con 86-81 a 1:14 del final, acción en la que el lituano, empujado por la espalda por un rival, ni siquiera toca a Perrin Buford, los tiros libres fallados de la Penya que mandan repetir los árbitros con el duelo ya casi visto para sentencia... La concatenación de decisiones polémicas tomadas en tan poco margen de tiempo, y justo en el momento de la verdad, llama poderosamente la atención, más aún si se suman otras anteriores como un contraataque del Joventut en el que el balón bota fuera y que acaba convirtiéndose en el 77-74, la falta en ataque que pitan a Rousselle en el tercer acto anulando su dos más uno... Un cúmulo de despropósitos que no explican al 100% la derrota bilbaina -los de Mumbrú dejaron escapar una renta de 13 puntos al final del segundo acto y permitieron muchos puntos fáciles al rival por sus pérdidas de balón-, pero que sirven para mediatizar un final de partido llamado a ser apretado.

Bajas en el Andorra

Además, el Andorra no podrá contar el sábado en Miribilla con sus dos ala-pívots: Tyson Pérez (rotura de ligamento en el tobillo derecho) y Bandja Sy (rotura en el gemelo izquierdo).