Bilbao - La cita definitiva con el ascenso ya tiene hora, 18.00, rival, Palma, y escenario, un Bilbao Arena que si ayer disparó hasta el límite las ya calurosas temperaturas con las que Bilbao recibió la Final Four, hoy puede ser más infernal que nunca. Porque el Bilbao Basket, invirtiendo sangre, sudor y lágrimas, se ganó su derecho a disputar la gran final en pos de retornar a la Liga Endesa al derrumbar la resistencia de un Melilla que durante buena parte del duelo mandó sobre la cancha pero que se vio incapaz de resistir el empuje de unos hombres de negro que supieron aferrarse al partido cuando el viento soplaba en contra y fundirlo en los últimos doce minutos. Un parcial de 13-0 entre el final del tercer cuarto y el arranque del último, con un juego exterior muy poco o nada utilizado por Álex Mumbrú a lo largo de este curso (Thomas Schreiner, Tomeu Rigo y Rafa Huertas), sacó del atolladero al conjunto bilbaino y le dio una ventaja (65-58 a 6:50 del final) que supo administrar aunque fuera a trancas y barrancas, sudando la gota gorda. Kevin Larsen (15 puntos) fue en esos compases de la contienda un faro de luz para los ataques del anfitrión y un dolor de cabeza para los de Alejandro Alcoba y en los dos minutos finales, cuando el rival más apretaba (68-66 tras triple de Javi Marín), Schreiner se convirtió en amo y señor de la cancha. Primero, una penetración a aro pasado; después, dos tiros libres convertidos sin titubear; y, por último, un contraataque perfectamente finalizado para dejar sin respuesta al rival, que además se había quedado sin Caleb Agada, lesionado, a cuatro minutos de la última bocina.

Fueron precisamente Agada, jugando al galope, y Felipe Dos Anjos, enorme debajo de los dos aros, los que amagaron con aguar la fiesta a un Bilbao Basket que al final acabó haciendo valer su mayor rotación (32 puntos para los jugadores del banquillo) y que con el trabajo de sus interiores (Larsen y Ben Lammers aportaron 15 puntos cada uno y Leonardo Demetrio hizo un trabajo soberbio) maquillaron sus pésimos porcentajes desde la distancia triple (19%, con solo uno anotado después del descanso).

El duelo amaneció con un 5-0 merced a dos canastas de Larsen y Jaylon Brown, pero el Melilla no titubeó. De hecho, enlazó un parcial de 0-9 para darle la vuelta a la contienda aprovechando una mala racha en el tiro exterior de los ‘hombres de negro’ y que los interiores de Alcoba se hacían muy grandes debajo del aro. Con canastas de calidad individual de Franch, Urtasun y Dos Anjos, los visitantes se impulsaron hasta el 9-14, pero los de Mumbrú, pese a las dos tempraneras faltas de Schreiner, no tardaron en replicar el parcial de 9-0. El duelo cerró su primer cuarto con un 18-18, con 14 de los puntos melillenses en la pintura, que dejaba clara la tremenda igualdad. Y poco cambió el ADN del choque en los minutos posteriores, con una fase de intercambio de canastas que elevó la temperatura del partido. Además, ninguno de los dos técnicos quería permitir ni el más mínimo despegue del rival. Así, Alcoba paró el partido a 6:06 del descanso con un 26-23 y Mumbrú hizo lo propio poco después con un 26-30. Entre tanto equilibrio de fuerzas, fue Agada el que marcó la diferencia. El canadiense hizo mucho daño entrando a canasta, acertó desde la media distancia, viajó con soltura a la línea de tiros libres y se convirtió en un dolor de muelas para la zaga de los hombres de negro, a los que les costaba fluir en ataque, aunque un par de canastas de clase de Salgado y otras tantas de puro esfuerzo de Demetrio hicieron que la cita alcanzara su ecuador totalmente equilibrada: 38-38. Los 13 puntos de Agada y los 9 de Dos Anjos impulsaban a los de Alcoba, pero los anfitriones se agarraban al duelo con el respaldo de una marea negra poco satisfecha con el criterio arbitral.

En la reanudación, hubo más faltas que puntos, con ambos equipos colocándose en cuatro en tres minutos de juego. El Bilbao Basket falló tres de sus cuatro lanzamientos desde el tiro libre, en el otro bando Gjuroski respondió con un triple tras rebote ofensivo y un mate tras robo de Agada y Mumbrú tuvo que parar el partido con un 43-47 a 5:40 de la conclusión del tercer cuarto.El técnico de los hombres de negro apostó por jugar con Salgado y Schreiner, pero no hubo reacción inmediata. Larsen se impuso en su duelo particular con Dos Anjos, pero los exteriores de Alcoba superaron con facilidad a sus pares bilbainos una y otra vez para terminar en sencillas bandejas o viajes a la línea de tiros libres. A falta de fluidez, el conjunto vizcaino tiró de entrañas para no desconectarse de su rival y consiguió no perder el equilibrio en el alambre y llegar a los diez minutos finales con una desventaja de solo tres puntos (55-58). Los de Mumbrú saltaron a cancha en el acto final con el cuchillo entre los dientes. Triple de Huertas, cinco punto seguidos de Lammers, canasta de Demetrio y esperanzador 65-58 a 6:50 del final. El Melilla intentó revolverse y cerca estuvo de hacerlo con dos pérdidas de su rival, pero entre Larsen y Schreiner sujetaron con fuerza el timón para que el Bilbao Basket esté donde quería: tocando las puertas de la ACB.