bilbao - Tal día como ayer hace un año, el Bilbao Basket disputó su último partido en la Liga ACB, hasta ahora. Porque el equipo está a dos partidos del segundo ascenso de su historia y nadie espera que se repita el episodio vivido hace 25 años cuando el Cajabilbao desapareció unas semanas después de ganar su plaza en la máxima categoría. Para el próximo 6 de junio está programada una junta de acreedores que debe finiquitar el proceso concursal en el que está inmerso el club con las correspondientes quitas y el ordenamiento de la deuda que arrastra el Bilbao Basket desde hace al menos un lustro. No se sabe si ese día el club tendrá en el bolsillo la plaza en la ACB, que ahora se ha convertido en un objetivo evidente al disputarse la Final Four en Miribilla, pero en cualquier caso todo indica que el club tiene futuro en una u otra categoría.

Por tanto, ahora mismo se juegan dos competiciones, la deportiva que se resolverá en uno o dos partidos, y la económica, en la que el administrador concursal ha trabajado en los últimos meses. El play-off ante el Palencia ha supuesto una importante fuente de ingresos, ampliada por ese quinto encuentro en el que se llenó Miribilla como nunca desde la eliminatoria de la Euroliga ante el CSKA Moscú. Además, se espera que la Final Four del 1 y 2 de junio también deje unos ingresos vía taquillaje con los que al principio de curso no se contaba. Esta parte final de la campaña está demostrando que la ilusión por el baloncesto no se ha perdido en Bilbao y Bizkaia y ese es un activo, como el apoyo recibido desde las instancias políticas, que debe manejar de cara al exterior el club, que en todo caso advierte de que si se consigue volver a la Liga Endesa será con presupuesto de supervivencia, una estructura reducida a lo imprescindible y, desde luego, con ninguna ínfula deportiva.

El primer obstáculo a superar es llevarse la Final Four y culminar con éxito la temporada. Luego, el testigo pasará a la gente de los despachos que ya tienen definidos los siguientes pasos. El consejo espera que la deuda, salvo sorpresa, quede reducida a unos tres millones de euros a pagar en el plazo de quince años. Esto obligaría, como avanzaron en la última junta de accionistas, a reservar en torno a 200.000 euros cada temporada para satisfacer esa deuda, lo que sería asumible incluso de seguir en la LEB Oro. En el caso de subir a la Liga ACB, el Bilbao Basket estima que podría armar un presupuesto de tres millones de euros con la actual capacidad de generación de ingresos. Aumentando el número de abonados en unos 1.000 y con una aportación un poco mayor de los patrocinadores y mucho mayor por derechos televisivos se podría llegar a los cuatro millones, una cantidad que situaría al Bilbao Basket en los escalones presupuestarios de la parte baja de la ACB, lo que, obviamente, conllevará unas aspiraciones deportivas limitadas.

Al margen de todo esto, el Bilbao Basket tendrá que recapitalizarse como Sociedad Anónima Deportiva ya que competir en la ACB exige una capital social mínimo de 1.680.000 euros. Por tanto, sería obligatoria una ampliación cercana al millón de euros, además de tener que superar una auditoria por parte de la patronal de clubes. Todas estas cuestiones se irán aclarando en las próximas semanas. La Final Four será el punto de partida para definir el camino que le aguarda al Bilbao Basket.