bilbao - Al llegar al parque cerrado dejó caer la bandera con el 93. Descabalgó la moto. También se apeó de la máquina la rabia que viajaba con el piloto. Nada más poner pie en tierra, Marc Márquez realizó un gesto liberador, un acto de purificación. Propinó una patada a la valla como si quisiera marcar un gol al pasado más reciente. Desabrochada la ira, desfogado, seguido templó el nervio con actitud de respeto. Se colocó ante su séquito de Honda, que aguardaba tras la barrera para la celebración. El catalán escogió ponerse frente al representante de la marca japonesa. Cuestión de prioridad. Hincó sus rodillas en el suelo, juntó las palmas de las manos y se plegó agachando la cabeza aún vestida con el casco. La pose para la oración, de los que buscan redimir sus pecados, de los que pretenden conceder las gracias.

Honda venía de firmar en Austin el peor resultado de la marca desde 1982. Márquez fue uno de los cuatro responsables. Rodaba líder en solitario en Texas, con una holgura abrumadora, y se fue al suelo. Al perder su asiento, abandonó además la cima del Mundial de MotoGP. El sombrío precedente transformaba el Gran Premio de España, cita 300 de la era MotoGP, en la luz para la redención. “Hemos desentrañado lo que pasó en Austin, el equipo ha hecho un gran trabajo”, agradeció. El piloto ansiaba corresponder a los suyos, que le prestan una máquina ganadora, pero que hay que saber dominar. ¡Qué le digan a Jorge Lorenzo cuán ganadora es la Honda! El mallorquín acumula una colección de desazones; ayer acabó duodécimo saliendo undécimo, lo que añade valor a las andanzas del chico de la sonrisa eterna.

Márquez no especuló en Jerez. On fire. Atacó la curva inaugural ocupando la primera posición. Ganó dos plazas en la recta de salida. A remolque se alojaron las Yamaha satélite del equipo Petronas, con Franco Morbidelli y el poleman Fabio Quartararo a los mandos. Márquez era el gancho que arrastraba la carrera, pero con pinta de reprimido. La puesta en escena tenía aspecto de ansiar liderar pero con mesura, evadiendo el riesgo. Las actuaciones desbordantes de Argentina o Austin eran agua pasada por el bien de la verticalidad.

Con todo, Márquez es Márquez. Dual. Es piloto y enemigo de uno mismo. Uno dice “so” y el otro dice “arre”. Esa debate interno es el que permite hacer de lo insólito algo ordinario, siempre y cuando no venza el lado oscuro. Ayer, en una carrera a velocidad de vueltas rápidas desde la segunda vuelta -se alternaba el protagonismo en este sentido-, bastó poner el piloto automático, con el que registra cada tiempo por vuelta con pasmosa regularidad, para abrir brecha sobre sus perseguidores. La puntualidad brindó medio segundo de ventaja en la vuelta ocho. Sayonara, babys. La grieta ensancharía hasta los casi cuatro segundos, pero de forma paulatina. Sin estridencias. Sin sustos. Los sostuvo hasta dejarse llevar ya al final de la carrera.

La emoción quedaba relegada a la batalla por el podio. Las Petronas fueron la espuma de un descorche. Morbidelli, repentinamente, perdió ritmo; Quartararo tomó el relevo de la segunda posición.

al diablo ‘el diablo’ De pronto, el rookie francés que a sus 20 años ha arrebatado a Márquez el récord de precocidad en una pole, ardía como Lucifer. Le apodan El diablo. Sacó el tridente a pasear para hacer factible su primer podio en MotoGP. Dio forma a su candidatura a piloto revelación. Pero su Yamaha llevó a Quartararo al mismísimo infierno. Aislado como rodaba, la caja de cambios se rompió. Quartararo lloró el pecado. Su entrada al garaje fue sobrecogedora. Emitió un berrido mezclado con el llanto de los que ponen los pelos como escarpias. ¡Pobre Diablo!

Así, anuladas las Petronas que fueron la sombra de Márquez en los compases inaugurales, el horizonte era paradisíaco para Maverick Viñales, que no se había subido al podio esta temporada; para Andrea Dovizioso, que jamás ha pisado el cajón en Jerez durante su estancia en la categoría reina; para Álex Rins, el tipo que hace de la rigidez de su postura en la moto y la flexibilidad del chasis de la Suzuki un matrimonio idílico. Tan excelente que el concilio fue desde la novena pintura hasta la segunda plaza definitiva. Hoy por hoy, la amenaza más próxima a Márquez es Rins. La raquítica diferencia entre ambos es de un punto en el campeonato. Es el segundo podio consecutivo tras ganar en Texas y séptimo de su trayectoria en MotoGP. Rins es sospechoso de estar ante su gran oportunidad. Convierte las curvas en el tesoro para la riqueza de sus cronos. Es, probablemente, el piloto de referencia en los ángulos.

Mientras, Viñales protegió el tercer puesto ante Dovizioso y desempolvó su vitrina con el primer podio del curso. Rossi, por su parte, escaló desde el decimotercer puesto hasta el sexto. Ni tan mal para el italiano.

márquez, un ejercicio mental La victoria de ayer -segunda del año- elevó a Márquez desde el cuarto peldaño hasta el primero del Mundial. Recuperó el liderato. El catalán obró con aparente soltura. Estética supersónica y con combustible en la reserva. Pero él dijo sentirse cual funambulista sobre el alambre que divide la locura y la cordura. “Ha sido más difícil a nivel mental que físico, porque después de Austin no era fácil liderar aquí de inicio a fin”, describió. O sea, admitió un nuevo duelo consigo mismo. La bendita complejidad de rodar en solitario, quería decir, sin el nervio de la competencia que impone la atención, que activa los sentidos. La guerra contra el sopor y la constancia. La convivencia con un instinto encadenado y enjaulado. Era la penitencia para la redención. Para borrar Austin de la memoria. Honda y el campeonato perdonan el pecado. Márquez vuelve a ascender al cielo.

gran premio de españa

Marc Márquez (Honda)41:08,685

Álex Rins (Suzuki)a 1,654

Maverick Viñales (Yamaha)a 2,443

4. Andrea Dovizioso (Ducati)a 2,804

5. Danilo Petrucci (Ducati) a 4,748

1. Marc Márquez (ESP) 70 puntos

2. Álex Rins (ESP) 69

3. Andrea Dovizioso (ITA) 67

4. Valentino Rossi (ITA) 61

5. Danilo Petrucci (ITA) 41

1. Lorenzo Baldasarri (Kalex)25:33,841

2. Jorge Navarro (Speed Up) a 0,359

3. Augusto Fernández (Kalex) a 1,091

1. Lorenzo Baldasarri (ITA) 75 puntos

2. Thomas Luthi (SUI) 58

3. Marcel Schrotter (GER) 48

1. Niccolò Antonelli (Honda)39:30,327

2. Tatsuki Suzuki (Honda) a 0,242

3. Celestino Vietti (KTM) a 0,305

1. Arón Canet (ESP) 58 puntos

2. Niccolò Antonelli (ITA) 57

3. Jaume Masiá (ESP) 45