Bilbao - Kerman Lejarraga (Morga, 1992) vuelve al ensogado el próximo sábado en el Bilbao Arena de Miribilla. El Revólver hizo su primera defensa del Campeonato de Europa wélter -que conquistó el 28 de abril de 2018 ante Bradley Skeete- el pasado noviembre contra Frankie Gavin, que llegó a Bilbao pasado de peso y ni así hizo daño al vizcaino. El morgatarra se mide ahora a David Avanesyan (23 victorias, tres derrotas y un nulo), que tiene carácter mundial y quiere el cetro continental. El ruso se llevó la corona de campeón del mundo de la WBA ante Charlie Navarro en Montecarlo en 2015 y la retuvo en Estados Unidos contra el complicado Shane Mosley. El de Tabynskoe es la mayor piedra en el camino de Kerman hasta el momento. Presentó el combate en San Mamés y le brillaban los ojos, como el océano. Los escalones que le esperan son apasionantes.

¿Cómo afronta la cita contra David Avanesyan, un boxeador experimentado que fue campeón del mundo?

-Para mí, Avanesyan es el rival más complicado con el que me he encontrado nunca en mi carrera. Es lo que hay y voy a tirar para delante. Es un púgil de la escuela rusa, lo que asegura una calidad garantizada.

¿Ha visto muchos vídeos sobre su adversario durante las semanas previas a la pelea?

-Todos los días veo alguno. Me gusta. Se trata de parte de mi trabajo, en el que está incluido también estudiar a mi rival, en este caso Avanesyan. Me toca estudiar sus virtudes y sus defectos. Sí que es cierto que somos un equipo, porque Txutxi del Valle -su entrenador- también los ve, pero el que sale al cuadrilátero a pelear soy yo. Tenemos que saber qué nos encontramos en la lona.

Destaca todo su equipo que David Avanesyan es un contrincante muy técnico.

-Sí. También tiene pinta de que hace daño, porque es explosivo y fuerte.

Defenderá por segunda vez la corona de campeón de Europa en el Bilbao Arena, que seguro que registrará una entrada espectacular, y presentó el combate en el césped de San Mamés. ¡Cómo está cambiándole la vida!

-Sí. Y tanto. A ver si acabamos peleando en La Catedral.

¿Lo contempla?

-De momento, no; pero espero que podamos verlo, ¿no? (risas).

Usted tendría la mejor localidad. Regresando a la cita con Avanesyan del sábado 30 de marzo, ¿cómo ha llevado la preparación para su tercer asalto al cinturón continental?

-Me he notado muy fuerte. Llevo tiempo con ella y me siento con muchas ganas de que llegue el momento de la pelea.

¿Qué boxeadores ha reclutado su empresa, MGZ Promotions, para colaborar con usted en los ensayos?

-He contado con la ayuda de Isaac Chaca Real -campeón europeo superwélter en 2014-, James Metcalf -ganó por K.O. a Aitor Nieto en Inglaterra para proclamarse campeón Internacional superwélter-, Sergio García -bicampeón de Europa superwélter, la segunda a domicilio-, Jorge Fortea -campeón intercontinental de la IBF superwélter-, los ucranianos Vyacheslav Senchenko -fue campeón mundial wélter de la WBA-, Andrii Velikovskiy y Karen Chukhadzhyan o el albanés Xhuljo Vrenozi, entre otros. Es un combate que requiere calidad y es lo que tiene que haber en la preparación.

¿Hacen hincapié en algún aspecto en especial?

-No. Estamos siguiendo lo habitual. Respecto al tema físico, estoy bien, a tope, y durante las semanas previas estuve llevando el peso mejor que nunca.

Tiene una experiencia importante ya en el campo profesional. ¿Consigue adaptase al hecho de pasar hambre, que en otras ocasiones manifestó como una de las cuestiones más complicadas para usted?

-Al final, el que algo quiere algo le cuesta. Estoy pasando hambre para dar el peso, pero estoy motivado.

¿Qué es lo que más le motiva de cara a la pelea del próximo sábado en el Bilbao Arena de Miribilla?

-La afición. Ver cómo llena la gente un sitio tan grande es una motivación total para mí (suspira, impresionado).

Continúe.

-Yo soy de aquí y me debo a mi familia, a mis amigos y a la gente que tengo a mi lado. Es mi prioridad. Si pierdo, que lo haré algún día, quizás sea contra Avanesyan, no lo sé pero espero que no, me refugiaré en mi familia y en los amigos de siempre, que los sigo conservando.

¿Es un deportista querido?

-Sí. Al final, soy una persona bastante cercana. Si alguien se me acerca, me da igual quien sea, intento darle el mejor trato posible. Trato a todo el mundo por igual. Con educación y respeto uno llega a todos los lados.

¿Cambia la vida cuando se es campeón de Europa?

-No le voy a engañar, económicamente, sí. Vivo tranquilo y estoy barajando trasladarme a otro lugar. Ahora puedo vivir con tranquilidad y disfrutar de los entrenamientos. Antes, las cosas no eran así. Este es mi trabajo y vivo tranquilo.

La gente le reconoce por la calle.

-Queremos que las veladas se llenen y que la gente no nos reconozca por la calle y eso no es así. Es lo que hay.

Es buena señal, ¿no?

-Me gusta tener una sonrisa para todo el mundo. Trato con respeto siempre y cuando me traten con respeto a mí. Hay que ser un tipo de los que pisan el suelo y saber de dónde se viene antes de llegar hasta aquí. Espero que sea por eso por lo que me aprecia el público. Soy una persona humilde y esta es la educación que me ha dado mi madre y se lo agradeceré toda la vida. Tanto mi familia como ella me han ayudado mucho. Mi mujer, por ejemplo, tiene muy mala hostia, pero me ayuda un montón (sonríe).

Su pareja, Nany Suárez, también es boxeadora profesional. ¿Es complicada la convivencia, puesto que en el día a día entran en juego las obligaciones deportivas, alimenticias, personales...?

-No. Al final, los dos sabemos cómo funciona el tema de dar el peso y de controlar la alimentación y todo eso. La verdad es que Nany me cuida mucho, más que yo a ella. Es ella la que me lleva el tema de la comida. Sinceramente, no sé cocinar demasiado y ella sabe cocinar variado, rico y limpio, que es lo que más me interesa. No paso verdadera hambre hasta la última semana.

Entonces, el cinturón que lleva, que le hace campeón de Europa wélter, no es solo de Kerman Lejarraga.

-Sin duda. Estos títulos son de la familia de Kerman, de los amigos de Kerman y del equipo de Kerman, que son con quienes lo celebro. Me da igual ganar o perder, yo salgo a disfrutar al cuadrilátero. Pase lo que pase en un combate, lo celebraré al día siguiente. Ya lo comentamos en otra ocasión, ¿para qué quiero ganar si no puedo disfrutarlo con los míos? Tengo a un montón de gente que me ayuda en el día a día y tengo suerte de dedicarme a lo que más me gusta.

¿Trabaja el apartado psicológico?

-No. A mí me encanta pelear. Me da igual. Me gusta salir al cuadrilátero. Tiro con todo. Mi psicología es la de la entrepierna: un par de cojones y vamos a por todas.

¿Tiene ganas de pelear fuera?

-En mi cabeza solamente hay una fecha: el 30 de marzo. Lo demás me da igual.