Bilbao - “Llevábamos mucho tiempo pudiendo jugar todos juntos: una semana”. Veljko Mrsic tiró de ironía a la hora de anunciar la reapertura de puertas de la sala de lesionados del Bilbao Basket. En esta ocasión, el inquilino es Mickell Gladness. El pívot se lesionó durante el transcurso del entrenamiento del jueves por la tarde y las pruebas a las que se sometió ayer certificaron que sufre una rotura fibrilar de grado 2 en el bíceps femoral de su pierna izquierda, por lo que no estará disponible para el importante duelo de mañana (18.30 horas, Bilbao Arena) ante el Monbus Obradoiro. Su periodo de baja rondará el mes de duración y todo apunta que, salvo cataclismo en cuanto a resultados, la entidad de Miribilla tirará con lo puesto: más protagonismo y galones para Devin Thomas y minutos para Vasilije Vucetic.
En este sentido, el técnico croata lo tiene claro. “Somos un equipo con trece jugadores y cada uno de ellos es importante”, aseguró ayer. O más claro todavía. “Lo que para un jugador es algo malo supone una oportunidad para otro”, apuntó. La presencia en el cuadro gallego de un jugador tan diferencial como Artem Pustovyi, máximo taponador de la Liga Endesa con sus 2,18, hace que la baja de Gladness sea terriblemente inoportuna, pero Mrsic espera suplirla con el trabajo de sus otros pívots “e incluyendo otros conceptos de defensa colectiva. Creo que no vamos a tener problemas”.
Lo que sí que queda claro es que el inquilino del banquillo bilbaino deberá echar mano de un jugador como Vucetic al que ha utilizado muy poco. “Ha venido entrenando bien aunque no ha jugado mucho en el último mes. Espero que se vea una mejora en su rendimiento porque ha trabajado mucho con el preparador físico y también en entrenamientos individuales, ahora tiene la oportunidad de demostrar cosas. No espero mucho de él, me basta con que sea serio, haga buena defensa y se mueva bien en el campo; eso ya sería suficiente. Luego, deberá dar más partido a partido”, señaló. Mrsic también analizó la evolución de Devin Thomas desde su llegada al equipo, reconociendo que “hemos sufrido mucho” en el proceso: “Él ha sufrido mucho también. Trabajaba mucho pero tenía momentos difíciles conmigo porque al principio quería que todo fuese más fácil para él y yo le dije que en la vida no hay nada fácil, que tenía que entrenar mucho. Después, le marqué una dirección, él empezó a seguirla, ha aceptado todo y ha empezado a trabajar bien. Como dije recientemente, nos va a dar mucho y si sigue trabajando así podemos esperar más de él. Yo espero mucho más porque tiene talento. Debe mejorar físicamente, conceptos del juego colectivo... Estoy muy contento con él, también con el resto”.
El técnico reconoció que estaría “muy bien” cerrar la primera vuelta con siete triunfos, aunque advirtió del peligro del rival: “No hay que fijarse solo en sus últimos siete partidos -saldados con derrota-. Tienen bases dinámicos y físicos, Matt Thomas está jugando bien, Eimantas Bendzius es capaz de hacer muchas cosas porque es atlético, puede atacar por fuera o ir al poste bajo, Artem Pustovyi es el mejor taponador de la liga, Ben Simons puede tirar por fuera... Es un equipo completo.