Roma - Un ciclo que llegó a su fisiológico fin, un entrenador inexperto para gestionar una selección ambiciosa y la falta de jóvenes de calidad y personalidad fueron las principales causas de la fallida clasificación de Italia al Mundial de 2018. Cuando el lunes el colegiado Antonio Mateu Lahoz pitó el final del duelo de vuelta de la repesca entre Italia y Suecia, el fútbol azzurro vio cómo sus peores pesadillas se hicieron realidad y sufrió uno de los mayores fracasos de su historia deportiva.

En el espacio de pocos minutos tres pilares del equipo, Gianluigi Buffon, Daniele De Rossi y Andrea Barzagli, anunciaban su retirada de la selección y ponían fin a una época que tuvo su cumbre con el cuarto título mundial ganado en Alemania 2006 contra Francia. Esos tres futbolistas fueron los únicos que habían vivido la noche del Olympiastadion de Berlín y, tras más de una década vistiendo la camiseta azurra, entre grandes éxitos y amargas decepciones, dieron paso a una nueva generación.

Tras el adiós de Conte una vez concluida la Eurocopa de Francia 2016, el último gran torneo de Italia, la Federación de Fútbol italiana (FIGC) decidió apostar por Gian Piero Ventura, con el deseo de que este liderara un proceso de cambio generacional. El técnico fue elegido por el trabajo realizado en el Torino, con el que logró clasificarse para la Europa League y lanzar a algunos jugadores de buen potencial. El salto, sin embargo, fue inclemente con Ventura, que nunca logró ser aceptado por el entorno y sus propios jugadores. El entrenador genovés tampoco supo imponer su liderazgo en el vestuario ni dar una idea de juego concreta a un grupo de jugadores que nunca se convirtió definitivamente en un auténtico equipo. Los duelos de la repesca contra Suecia dieron pruebas evidentes de estas carencias.

Del choque de ida la imagen que se queda en la memoria es la de Lorenzo Insigne que, tras saltar al campo en la reanudación, conversa durante varios segundos con el banquillo sin terminar de entender en qué posición tenía que situarse. Otro momento impactante se vivió el lunes en el partido de vuelta: con el 0-0 en el marcador tras más de 60 minutos, Ventura pidió al medio defensivo De Rossi que empezara a calentar y este se negó con fuerza, expresando el deseo de que entrara un delantero.

La falta de jóvenes de personalidad es otro de los grandes problemas con los que tiene que convivir Italia en los últimos años. La gran mayoría de los nuevos talentos que salen de las categorías juveniles todavía no ha logrado acercarse al nivel de los denominados senatori, los hombres de más experiencia del vestuario. Es el caso, entre otros, del centrocampista del PSG Marco Verratti, que sigue mostrando graves dificultades en el momento de tomar el mando del equipo. Pese a que hay clubes italianos que logran competir casi a la par con los grandes de Europa, como la Juventus o el Nápoles en esta campaña, son muy pocos los jóvenes jugadores transalpinos que cuentan con plazas de titulares.

pendientes de ibrahimovic En Suecia, mientras tanto, la duda gira en torno a la figura de su gran estrella: Zlatan Ibrahimovic. El delantero del Manchester United se retiró de la selección sueca en junio de 2016, pero ya hay quien considera que podría replantearse su decisión y volver a vestir la camiseta del combinado nacional sueco. Entre ellos, su representante. Mino Raiola declaró al diario Expressen que si fuera por él, lo llevaría “en persona” a Rusia para jugar con Suecia. El entrenador escandinavo Jan Olof Andersson, cuestionado por ello tras eliminar a Italia, algo contrariado por la pregunta, exclamó lo siguiente: “¡Es increíble! Este jugador dejó la selección hace año y medio y aún seguimos hablando de él. Tenemos un equipo que ha hecho una hazaña en esta clasificación, hablad de quienes han logrado esto”.

Quien seguramente no podrá disfruta del regreso de su selección a un Mundial tras doce años de ausencia será Jakob Johansson, el héroe. Autor del único gol en la eliminatoria ante Italia, se lesionó de gravedad en el primer tiempo del choque en San Siro y podría tener roto el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda, lo que, de confirmarse, le dejaría con muy pocas opciones de llegar a tiempo a la cita mundialista de 2018.