EL baloncesto en silla de ruedas no entiende de sexos. En la División de Honor, hombres y mujeres compiten con las mismas condiciones y sin hacer ninguna distinción. Mismo deporte, mismas reglas, mismo balón y mismo juego. La única diferencia es que la puntuación, lo que marca qué quintetos pueden estar en juego, baja un punto y medio. Es la única diferencia, por lo demás todas las personas juegan con los mismos derechos y las mismas penalizaciones. En el Bidaideak Bilbao BSR, Chrystel Alquier llegó al equipo este año y no ha tardado en convertirse en una referencia dentro y fuera de la cancha. María Sáenz de Ugarte es una de las integrantes de la escuela del club bilbaino, donde ha comenzado este año a entrenar. Todavía está aprendiendo a desenvolverse en este deporte, pero uno de sus objetivos es llegar algún día al primer equipo al igual que ha hecho la francesa. Sáenz de Ugarte y Alquier muestran sus habilidades en la cancha, pero no es la única representación femenina en la asociación Bidaideak. Izaskun Ortega ejerce de presidenta y gestiona desde los despachos al equipo de baloncesto y el resto de las numerosas actividades que lleva a cabo la asociación.

“Es muy importante que haya más chicas que aprendan a jugar. En Francia, es muy duro ser una chica y jugar con chicos y aquí la mente está mucho más abierta”, comenta Alquier. La francesa se sintió plenamente integrada desde el primer día y ahora es una más de la familia del club bilbaino. “En cualquier deporte adaptado, a la mujer se le acoge muy bien. Al final, cualquiera que se acerque siempre es bien recibido, tal vez porque estamos acostumbrados a superar las dificultades”, añade Ortega. Sáenz de Ugarte ha vivido las dos caras del deporte, proveniente del fútbol ha visto dos mundos muy diferentes a la hora de aceptar a la mujer en el deporte. “En fútbol se notaba la diferencia. Todos conocemos a Messi, Ronaldo o cualquier futbolista y en chicas, aun siendo de Bilbao, es difícil conocer a una jugadora del Athletic. En baloncesto en silla de ruedas es diferente. Está Cris en el primer equipo y es un orgullo tenerla como referente. Luego, en la escuela también estamos unas cuantas y todos jugamos igual. Además, vemos como cada vez se apuntan más chicas”, declara la jugadora de la cantera.

Actualmente, la escuela está compuesta por doce jugadores y además de Sáez de Ugarte, otras tres mujeres más componen el equipo. A Alquier le gustaría no ser la única en la primera plantilla y por eso les lanza un consejo: “Debe mejorar mucho el físico, es lo más importante. Aunque si tiene el sueño entrar, lo conseguirá. Al final, los sueños ayudan a mejorar la vida personal”, afirma la francesa. Aunque, el gran reto de Sáenz de Ugarte no es entrar en el primer equipo, “mi sueño es volver a correr”. La jugadora de la cantera quiere rehabilitar su rodilla, pero eso no le impide seguir disfrutando del deporte: “Todavía me cuesta andar con la silla y botar el balón, pero vamos progresando poco a poco”.

inclusión social Bidaideak no es solo baloncesto. Detrás de ello hay mucho más. Es una asociación que trabaja incansablemente por la inclusión social. “Nosotros trabajamos mucho y dentro de la asociación tenemos muchas cosas. Aparte del baloncesto, tenemos el tiro olímpico, el ciclismo adaptado? y trabajamos por la inclusión de la gente en el deporte”, declara Ortega, que también resalta las labores de la asociación en otros aspectos alejados del ámbito del deporte: “Hacemos programas de rehabilitación personalizados, ayudamos a la movilidad? un montón de cosas que, cada una en lo suyo es importante. Sentimos satisfacción de poder ayudar a gente que por sus medios no podría hacerlo. Desde el deporte hasta ayudar a las personas a desplazarse o a disfrutar de su ocio, como por ejemplo, para ir al centro comercial”. Muchos campos en los que trabajar y el Bilbao BSR es uno de ellos, un club que da oportunidad a la gente para practicar el deporte y a la vez devuelve parte de lo que recibe de la asociación con sus éxitos deportivos.